Londres - El enfrentamiento verbal entre Theresa May y la nacionalista escocesa Nicola Sturgeon sobre otro referéndum de independencia subió ayer de tono después de que la primera ministra británica dejase claro que no aceptará una nueva consulta en Escocia antes de que se acuerden los términos del Brexit. La conservadora May no descartó por completo un referéndum en el futuro, pero rechazó el calendario de la líder independentista, que quiere sacar las urnas a la calle entre el otoño de 2018 y la primavera de 2019, antes de la fecha prevista para que el Reino Unido lleve a cabo su salida de la Unión Europea.

“Ahora no es el momento”, zanjó ayer en una entrevista televisiva la primera ministra, que desea que Londres y Edimburgo trabajen “unidos” en los próximos años para lograr un “acuerdo adecuado” con Bruselas. “Cuando el Gobierno del Partido Nacionalista Escocés dice que es el momento de comenzar a hablar sobre un segundo referéndum de independencia, yo digo que en este punto todas nuestras energías deberían estar centradas en las negociaciones con la Unión Europea”, dijo May en ITV.

El ministro para Escocia del Gobierno británico, David Mundell, concretó la postura oficial del Ejecutivo al asegurar que la petición que el Parlamento de Holyrood (Edimburgo) espera aprobar la próxima semana para convocar un plebiscito “será rechazada en esta ocasión”. Para el Partido Nacionalista Escocés (SNP), bloquear un referéndum en el calendario acordado en Edimburgo constituiría un “ultraje democrático”, según describió el portavoz oficial de Sturgeon. La Cámara autonómica, donde el SNP puede sumar la mayoría de los votos si cuenta con el respaldo del Partido Verde, evaluará el próximo miércoles si respalda enviar esa petición a Westminster, que en último término debe dar su consentimiento para una consulta vinculante. “Abordar el asunto en este momento sería injusto, porque la gente no tendría la información necesaria para tomar esa decisión crucial”, argumentó May, que antes de fin de mes espera activar las complejas negociaciones de dos años sobre la salida del Reino Unido de la UE. La perspectiva de que Escocia se vea obligada a abandonar la UE y el mercado único, a pesar de que en la región se impuso la permanencia en el bloque con el 62 % de los votos en junio, ha impulsado a Sturgeon a promover un nuevo referéndum. En septiembre de 2014, los independentistas perdieron una primera consulta en la que el 55,3% de los escoceses que votaron se decantaron por continuar en el Reino Unido.

Ante la posible negativa del Gobierno británico a aceptar un nuevo plebiscito, la líder nacionalista instó a May a “respetar” el mandato que salga de la Cámara autonómica y “otorgar a los escoceses la oportunidad de elegir su propio futuro”. Sturgeon defiende que los escoceses deben tener la oportunidad de elegir su futuro “antes de que sea demasiado tarde”, en vistas a que el Reino Unido estará fuera del club europeo pasado el primer trimestre de 2019.

Pete Wishart, portavoz del SNP en la Cámara de los Comunes, señaló por su parte que Westminster estaría “desafiando” la democracia si se niega a cumplir una petición de Edimburgo sobre otro referéndum. “Si este Gobierno piensa solo por un minuto en interponerse en el camino de la democracia escocesa, eso constituiría el mejor reclamo posible para la causa de la independencia”, argumentó Wishart.

ley sancionada Mientras tanto, la reina Isabel II, jefa de Estado, sancionó ayer la ley del Brexit, que autoriza al Gobierno a comunicar a Bruselas que activa la salida del Reino Unido de la UE. El pasado martes en la Cámara de los Comunes, May informó a los diputados de que la reina Isabel II sancionaría la legislación en unos días y que ella volverá al Parlamento a finales de marzo, sin precisar el día, para comunicar que ha activado el Brexit.

Una vez que May informe a Bruselas, se espera que 48 horas después la Comisión Europea responda a la notificación. Según los medios británicos, la premier quiere esperar a que terminen las celebraciones sobre el 60 aniversario del Tratado de Roma de la próxima semana para activar el Brexit. Entre las primeras medidas que May quiere negociar con los 27 es la situación legal de los comunitarios que viven en el Reino Unido y de los británicos que residen en otros países europeos.