londres - El líder del Laborismo británico, Jeremy Corbyn, buscó ayer recuperar la iniciativa al defender los derechos de los comunitarios tras sufrir un duro varapalo electoral en Inglaterra, donde perdió un importante bastión laborista. En manos laboristas desde 1935, la circunscripción inglesa de Copeland pasó el jueves a los conservadores de Theresa May, la primera vez desde 1982 que un partido en el poder le arrebata a la formación de la oposición un escaño en una elección parcial.
A pesar de este revés, Corbyn dejó claro que no tiene intención de dimitir y lamentó que su mensaje, a favor de los derechos de los sectores más vulnerables, “no fuese suficiente para ganar”, al tiempo que reconoció que es un resultado “difícil” para su partido. La conservadora Trudy Harrison se alzó con la victoria en Copeland al obtener 13.748 votos, seguida de la laborista Gillian Troughton, con 11.601 papeletas, en esta elección celebrada el jueves y convocada tras la dimisión del laborista Jamie Reid.
No obstante, los laboristas ganaron en otra elección parcial al retener el escaño de Stoke-on-Trent (norte de Inglaterra), al ganar el laborista Gareth Snell, que ocupa el asiento dejado por Tristam Hunt, quien también dimitió recientemente para ocupar el puesto de director del museo Victoria & Alberto de Londres.
Al serle preguntado ayer por varios medios sobre la derrota en Copeland, Corbyn negó que el problema de este resultado sea él y también rechazó cualquier posibilidad de dimitir. Corbyn destacó, en tanto, la victoria laborista en Stoke-on-Trent -circunscripción con fuerte apoyo al Brexit-, y dijo que los votantes rechazaron las políticas de división del antiinmigración UKIP, que amenazaba con llevarse este escaño. Algunos diputados achacaron la derrota en Copeland al liderazgo de Corbyn, quien el año pasado resistió las fuertes presiones internas de su partido para dimitir a raíz de la victoria del Brexit en el referéndum europeo del pasado 23 de junio.
dificultades El diputado laborista John Woodcock admitió ayer que su formación no es una oposición efectiva al Gobierno de la conservadora Theresa May y reconoció que afronta dificultades. “Siempre se pueden poner excusas, pero, como partido, tenemos problemas”, insistió Woodcock en declaraciones a los medios.
Tras conocerse los resultados en Copeland, la conservadora Harrison calificó la victoria de los tories como un “evento realmente histórico”. “Ha quedado bien claro al hablar con la gente durante esta campaña que Jeremy Corbyn no les representa”, agregó.
Esta cita en las urnas se percibía como una prueba electoral con la que medir hasta dónde el actual líder Jeremy Corbyn es capaz de volver a conectar con el tradicional votante laborista.
La humillante derrota de los laboristas en Copeland eclipsaron el discurso pronunciado ayer por Corbyn en Londres sobre el Brexit, en el que se vio obligado a reiterar que no piensa dimitir y contestó con un rotundo “no” a una pregunta de un periodista sobre si no consideraba que la derrota era por su liderazgo. - Efe