Washington - El presidente de Estados Unidos, Donal d Trump, dijo ayer que aceptará “una solución de uno o dos Estados”, la que prefieran los israelíes y palestinos, lo que supone un cambio respecto a la política hacia Oriente Medio que ha mantenido Washington durante al menos los últimos 20 años. “Estoy mirando a una solución de dos Estados y de un Estado, me gustará la que le guste a las dos partes. Puedo vivir con cualquiera de las dos”, afirmó Trump durante una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, antes de reunirse con él en la Casa Blanca.

El mandatario se pronunció así horas después de que un funcionario de la Casa Blanca pusiera en duda la solución de dos Estados que ha supuesto la base de las negociaciones de paz mediadas por EEUU hasta ahora, al considerar que si ese enfoque “no lleva a la paz”, “tal vez” haya que desecharlo. Trump se comprometió a “trabajar hacia un acuerdo de paz entre Israel y los palestinos”, y prometió que se esforzará “muy diligentemente” para conseguir “un gran acuerdo de paz”.

“Pero son las propias partes las que deben negociar directamente ese acuerdo. Estaremos a su lado. Trabajaremos con ellos. Como en cualquier negociación exitosa, las dos partes deberán hacer concesiones. ¿Lo sabe, verdad?”, dijo Trump mirando a Netanyahu. El presidente estadounidense también afirmó que los palestinos deben “deshacerse del odio” que, a su juicio, les enseñan a tener “desde pequeños”.

Israel, por su parte, debe mostrar “cierta flexibilidad” para llegar a un acuerdo de paz con los palestinos, opinó Trump.

Al respecto, Netanyahu indicó que él no quiere fijarse tanto en las “etiquetas” sobre una solución de uno o dos Estados, sino que lo que le importa es la “sustancia” del proceso de paz, y subrayó que sus condiciones para el mismo “no han cambiado” en los últimos ocho años.

anexión del territorio palestino Netanyahu acudió a la reunión con Trump presionado por la ultraderecha israelí, que le pide que deseche oficialmente la solución de los dos Estados y avance hacia la anexión de territorios palestinos. El cambio de postura de la Casa Blanca no sentó bien a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), donde un portavoz dijo que la única alternativa a una solución de dos estados es un solo estado democrático, secular y con igualdad.

El presidente estadounidense insistió también ayer en que le “encantaría” que se trasladase la embajada de EEUU en Israel a Jerusalén, aunque señaló que está tratando el tema “con sumo cuidado”. “Me encantaría ver que eso sucediese”, afirmó Trump en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sobre la propuesta de trasladar la legación diplomática desde Tel Aviv, donde el resto de países tienen las embajadas, a Jerusalén.

Netanyahu seguía escuchando todo aquello que quería haber oído en boca de Obama y no lo logró en sus ocho años al frente de la Casa Blanca. Donald Trump, aseguró ayer que el pacto internacional con Irán para contener su desarrollo nuclear es un mal acuerdo y que su Gobierno hará “más” para asegurarse que Teherán “nunca” obtendrá armas atómicas.

“Mi Administración trabajará para prevenir y asegurarse que Irán nunca, nunca, desarrollará un arma nuclear”, aseveró Trump durante la rueda de prensa conjunta.

Trump apuntó que “los retos de seguridad a los que se enfrenta Israel son enormes, incluyendo las ambiciones nucleares de Israel, sobre lo que hemos hablado mucho”.

El presidente apuntó que su Administración ya ha impuesto sanciones a Irán, y “hará más” para evitar un régimen iraní nuclear, aunque por el momento su Gobierno no ha tomado pasos decisivos para salirse del acuerdo con Teherán.

Trump reiteró que el acuerdo internacional de 2015 entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, más Alemania, con Irán es “el peor acuerdo que he visto nunca”. Con todo, Trump no dijo categóricamente que EEUU fuera a retirarse del acuerdo, que limita el desarrollo nuclear iraní para asegurarse de que solo se centra en tecnología nuclear con fines civiles.

Por su parte, Netanyahu alabó a Trump por “liderar un importante esfuerzo” para deshacer el acuerdo nuclear con Irán, que consideró una vía para que el régimen de los ayatolás obtenga un “arsenal nuclear”. El mandatario estadounidense recordó que su Gobierno ha impuesto sanciones a Irán por el ensayo de un misil de medio alcance a finales de enero, que técnicamente no supuso una violación del acuerdo nuclear multinacional de 2015 en el que participa EEUU.

“Rusia nunca devolverá crimea” De donde Trump recibía ayer contestación era de Moscú. Rusia nunca devolverá Crimea a Ucrania porque es su territorio soberano, afirmó ayer el Ministerio de Exteriores ruso en respuesta a las declaraciones de la Casa Blanca acerca de que el presidente estadounidense, Donald Trump, espera la devolución de esa península a Kiev. “Nosotros no devolvemos nuestros territorios. Crimea es territorio de la Federación de Rusia”, aseguró en rueda de prensa la portavoz de la cancillería rusa, María Zajarova. El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, declaró ayer que Trump mantiene una “dura” posición sobre el conflicto ucraniano y “espera de Rusia su cooperación para rebajar la tensión en Ucrania y la devolución de Crimea”.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que la soberanía de Rusia sobre Crimea ni siquiera se puede discutir, “porque Rusia no discute los asuntos de su territorio con los socios extranjeros”.

Recordó, además, que el asunto de Crimea no se trató en la conversación telefónica que mantuvieron hace poco Trump y el presidente ruso, Vladimir Putin.

Moscú espera que cuando se recupere el buen clima en las relaciones con Washington, Rusia “tendrá la oportunidad de explicar con a los socios estadounidenses, con tranquilidad y de forma constructiva, sus argumentos” sobre la anexión de Crimea. “El presidente (Putin) explica con paciencia y de forma consecuente el golpe de Estado en Ucrania” que llevó a los ciudadanos de Crimea a solicitar su ingreso en Rusia, apuntó Peskov.

El 16 de marzo de 2014, hace casi tres años, Crimea celebró un referéndum no reconocido por Kiev ni por la comunidad internacional en el que casi un 97% de los votantes dijo sí a la reunificación con Rusia.

Tras consumar la anexión de territorio ucraniano, el Kremlin respaldó a los separatistas prorrusos del este de Ucrania sublevados contra Kiev, decisión que le costó duras sanciones económicas de Occidente, con el que atraviesa en la actualidad el peor momento en las relaciones desde la Guerra Fría - Efe.