Washington - El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró ayer que el coste del anunciado muro entre su país y México “bajará muchísimo”, por lo que las estimaciones en la prensa están equivocadas en lo que se empieza a interpretar desde diferentes ámbitos en que empieza a asumir que Estados Unidos pagará su construcción en contra de lo que prometió, que lo harían los propios mexicanos. “Estoy leyendo que el gran muro fronterizo costará más de lo pensado por el Gobierno, pero aún no estoy implicado en negociaciones o el diseño. Cuando lo haga, tal y como pasó con el caza F-35 o el programa del Air Force One, el precio bajará muchísimo”, escribió el mandatario en la red social Twitter con mayúsculas para enfatizar.

Trump volvió ayer a hablar del muro, algo que no hacía desde el 26 de enero cuando aseguró que México debería pagar por el muro para frenar la inmigración ilegal, algo que calentó los ánimos de Los Pinos y llevó a la cancelación de visita prevista del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, a la Casa Blanca.

Pese a la cancelación del encuentro, México consiguió un compromiso para que la administración de Donald Trump no demandara en público sobre el pago del muro por parte de los mexicanos, algo para lo que el equipo de Trump había sugerido aranceles a las importaciones mexicanas.

El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, aseguró a finales de enero que el Congreso está dispuesto a facilitar fondos para la construcción del muro fronterizo con México, para lo cual estimaban un presupuesto entre 13.000 y 15.000 millones de dólares.

Estimaciones como la firma Bernstein Research, que elabora informes sobre tendencias de inversión, elevan el precio del muro con México a los 25.000 millones de dólares, el doble de lo que costaría una nueva autopista de costa a costa en el vasto Estados Unidos.

Trump ha conseguido compromisos con Lockheed Martin y Boeing para reducir el coste de caza F-35 y de la construcción de Air Force One, después de criticar los presupuestos presentados y amenazar a esas empresas con cancelaciones.

“Relación complicada” Lo cierto es que la relación entre Estados Unidos y México “se ha complicado”, según reconoció ayer el embajador mexicano en la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Alfonso de Alba Góngora.

Con motivo de la preparación, por parte de México, de la Asamblea General de la OEA, que su capital albergará en julio, el diplomático advirtió de que “de ninguna manera” se ha llegado “a un punto de inflexión” en la relación entre los vecinos norteamericanos pese a que “la relación se ha complicado enormemente”. No obstante, esta reunión anual será la primera de los cancilleres de la región con el nuevo Gobierno que preside Donald Trump y llega en medio, según De Alba, de la “inquietud” de los países del continente por el nivel de “compromiso” del mandatario estadounidense con los organismos multilaterales.

Entre los contactos de alto nivel mantenidos, se encuentran la reunión celebrada esta semana entre el canciller mexicano, Luis Videgaray, y el nuevo jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Rex Tillerson, en Washington, y la visita que este efectuará al país vecino “en las próximas semanas”. Según De Alba, la Asamblea OEA sería “una gran oportunidad” para Tillerson de dialogar con los cancilleres del continente, y viceversa, por lo que confía en que Estados Unidos envíe a la reunión a su máximo representante diplomático.

Sin embargo, en los pasillos de la OEA preocupa qué compromiso tendrá la nueva Casa Blanca con los organismos multilaterales, sobre los que Trump se ha mostrado crítico desde su campaña electoral.

El Consejo Permanente de la OEA no se ha reunido aún desde la investidura de Trump y, por tanto, no ha abordado todavía el polémico veto temporal a los refugiados y a inmigrantes de siete países de mayoría musulmana, ahora bloqueado por la Justicia. - Efe