Estambul - El referéndum constitucional para decidir si Turquía se convierte en una república presidencialista, fijado para el 16 de abril próximo, será un momento de lucha nacional comparable al de levantarse contra un golpe de Estado, aseguró ayer el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
El mandatario firmó ayer la propuesta del Parlamento, aprobada el 20 de enero pasado, por lo que se empiezan a contar los sesenta días de plazo necesario para celebrar el plebiscito. “Hoy, al llegar aquí, firmé (la propuesta) y ahora empieza el proceso. Si Dios quiere, nuestra querida nación irá a las urnas el 16 de abril”, anunció Erdogan durante la inauguración de un depósito de gas en la ciudad de Aksaray, en el centro de Anatolia, transmitida en directo por la cadena de televisión NTV.
La propuesta aún debe ser publicada en el Boletín Oficial del Estado y luego la Junta Suprema Electoral (YSK) decidirá la fecha, normalmente un domingo, por lo que, con enorme probabilidad, el referéndum será en la fecha anunciada por Erdogan.
La propuesta fue aprobada el 20 de enero en el Parlamento por una mayoría de tres quintos, gracias a los votos del gobernante e islamista Partido de Justicia y Desarrollo (AKP) y el ultranacionalista Movimiento de Acción Nacionalista (MHP) y con la frontal oposición del socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP) y el izquierdista Partido Democrático de los Pueblos (HDP).
La reforma, si se aprueba, entrega todo el poder ejecutivo al presidente del país y elimina el cargo de primer ministro, que en el actual sistema encabeza el Gobierno, en el que el jefe del Estado ocupaba una mera posición ceremonial, hasta la llegada de Erdogan al cargo en agosto de 2014. Se ha creado así una situación que el propio Erdogan, secundado en esto por Binali Yildirim, primer ministro desde mayo pasado, describe como bicefalia y tacha de ineficaz. Ayer fue más lejos, al comparar el sistema parlamentario actual con una “atadura”.
Con las manos atadas “Este sistema nos tiene con las manos atadas. ¿Romperemos el 16 de abril estas ataduras?”, preguntó Erdogan en su discurso en Aksaray.
También equiparó la importancia de votar a favor de la reforma con la resistencia de la población frente al fallido golpe de Estado del 15 de julio pasado, un momento que en los últimos meses se ha elevado en Turquía a rango de supremo momento nacional y al que Erdogan compara a menudo con la lucha por la independencia en 1923.
“El 15 de julio, esta nación frenó a pecho descubierto a los tanques, los cazas F-16, a los helicópteros. Ahora viene el 16 de abril. El ‘sí’ del 16 de abril será una repetición de aquello”, vaticinó el mandatario.
Su proclama, que otorga a los partidarios del no un papel poco halagüeño, contrasta con las declaraciones realizadas horas antes por el viceprimer ministro turco, Numan Kurtulmus.
“Espero que esta campaña se realice de forma democrática. Tanto los partidarios del sí como los del no podrán defender sus opiniones libremente. No es una campaña de un partido político. Creemos que nuestra nación va a votar ‘sí’ con un gran margen”, dijo Kurtulmus.
Pero la oposición ya se ha quejado de que el Gobierno utiliza todos los medios a su alcance para hacer campaña a favor del sistema presidencialista y silenciar las voces críticas.
Ayer mismo, un decreto ha anulado la capacidad de la YSK para sancionar, a petición del Consejo Supremo de Radio y Televisión de Turquía (RTÜK), las emisoras de radio y canales televisivos que informen de manera parcial o sesgada en época electoral.