Washington - El veto migratorio de Donald Trump sigue generando polémica y rechazo. Un día después de que una corte de apelaciones de California se negase a restaurar de forma inmediata la orden ejecutiva del presidente estadounidense que permanece bloqueado desde la noche del viernes, las principales compañías tecnológicas del país, entre ellas Apple, Facebook, Google y Microsoft, presentaron un escrito legal en el que se oponen al decreto.
Se trata de una acción poco frecuente por parte de los grandes grupos tecnológicos y demuestra “la profundidad de la animosidad hacia la prohibición de Trump” en Silicon Valley, según el diario The Washington Post. Las compañías, entre las que también figuran Netflix, Twitter y Uber, han presentado el escrito ante la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de Estados Unidos, en San Francisco, la misma sede judicial que unas horas antes se negó a restaurar de forma inmediata el decreto que permanece bloqueado. El escrito de Silicon Valley, un eje donde la innovación desde la inmigración se considera un elemento central de la identidad de las tecnologías, se produce además tras una semana de protestas en todo el país contra el decreto.
Contra el sistema judicial El viernes, el juez federal James Robart bloqueó provisionalmente, mientras revisaba el fondo del caso, el veto que desde el pasado 27 de enero impedía temporalmente la entrada al país a los refugiados de todo el mundo y a los ciudadanos de Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Irán y Yemen. Un día después, el Gobierno de Trump iniciaba un proceso de apelación que pedía la restauración del veto. Sin embargo, el tribunal de apelaciones rechazó esa solicitud y dejó, por tanto en vigor la decisión, que ha abierto de nuevo las puertas del país a millones de inmigrantes y refugiados. Los estados demandantes en el caso, Washington y Minesota, argumentan que el decreto es anticonstitucional porque provoca discriminación contra una religión, la musulmana, algo prohibido en la Primer Enmienda de la Carta Magna. No obstante, Trump se cuidó de no mencionar la religión musulmana en su orden ejecutiva y ese factor, unido a la amplia autoridad que el sistema legal estadounidense concede al presidente para regular la política exterior y migratoria, podría contar a favor del mandatario en una batalla judicial.
El Gobierno de Trump quiere agotar todas las vías judiciales antes de llegar al Tribunal Supremo, sin embargo, los expertos coinciden en que el caso acabará allí con toda probabilidad. Esta instancia está dividida en cuatro jueces de tendencia conservadora y otros cuatro de inclinación progresistas. La semana pasada, Trump nominó a un nuevo juez para el Supremo, el conservador Neil Gorsuch, pero está por ver si el Senado aprueba su nombramiento antes de que el caso llegue a la máxima instancia judicial.
El presidente estadounidense se ha enfrentado directamente este fin de semana al sistema judicial. El sábado criticó duramente al magistrado que suspendió su veto migratorio al llamarlo “juez estúpido” y acusarle de “arrebatar al país la capacidad de aplicar la ley”. El domingo fue incluso más allá, al escribir en su cuenta de Twitter: “Simplemente no puedo creerme que un juez haya puesto a nuestro país en tanto peligro. Si algo pasa, la culpa será suya y del sistema judicial. La gente se está colando en el país. ¡Mal!”. “He instruido al Departamento de Seguridad Nacional a examinar a la gente que llega a nuestro país MUY CUIDADOSAMENTE. ¡Los tribunales están haciendo muy difícil este trabajo!”, añadió el mandatario. Con estos comentarios, Trump sugirió que en caso de un ataque terrorista que a su juicio pueda vincularse al bloqueo de su veto, cuyo objetivo declarado es evitar la entrada al país de posibles terroristas, sería culpa del juez Robart.
Críticas desde el Exterior Pero los cuestionamientos no le llegan a Trump solamente desde el interior del país. Ayer, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, expresó su preocupación por la desregulación financiera que el mandatario ha empezado a impulsar en Estados Unidos y defendió que Fráncfort no manipula divisas, como han apuntado miembros de la nueva Administración de Washington. En su primera comparecencia tras los recientes movimientos en materia bancaria del nuevo inquilino de la Casa Blanca, cuyo equipo no ha escatimado críticas hacia la Unión Europea, el euro y el propio BCE, Draghi no ha vacilado en defender el papel de su institución y de Europa.
“Lo último que necesitamos es una relajación de la regulación” del sector bancario, manifestó contundente Draghi preguntado por un eurodiputado durante su comparecencia en la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo.
El presidente del supervisor europeo insistió en que “la idea de repetir las condiciones que había antes de la crisis es muy preocupante”, en referencia a las dos órdenes ejecutivas que Trump firmó el viernes y que abren la vía para revocar la ley Dodd-Frank. Esta reforma, impulsada por Barack Obama en 2010, buscaba aumentar la regulación y supervisión del sistema financiero para evitar la toma de riesgos que desembocó en la aguda crisis de 2008, pero el presidente considera que la mayor regulación ha creado barreras que dificultan la financiación de los empresarios.
Asimismo, el presidente de la Cámara de los Comunes británica, John Bercow, expresó su “fuerte oposición” a que Trump pronuncie un discurso ante las cámaras en una futura visita de Estado al Reino Unido. “Me opongo firmemente a que el presidente Trump pronuncie un discurso en Westminster Hall”, sostuvo ayer Bercow, que justificó su punto de vista por el veto migratorio impulsado por Trump. “Creo firmemente que nuestra oposición al racismo y al sexismo, así como nuestro apoyo a la igualdad ante la ley y la independencia judicial, son asuntos extremadamente importantes para la Cámara los Comunes”, señaló. - Efe