SÍdney - Casi 4.500 personas denunciaron abusos sexuales a menores por parte de miembros de la Iglesia católica en Australia entre 1980 y 2015, según se dio a conocer ayer en la reanudación de las audiencias de la comisión que investiga esos delitos. “Los niños fueron ignorados o, peor aún, castigados. Las denuncias no fueron investigadas”, aseguró la abogada consejera de la comisión, Gail Furness, al revelar los datos recopilados por el organismo encargado de investigar cuál fue la respuesta oficial a los abusos sexuales a menores en Australia.
La comisión real tomará declaración a casi todos los obispos del país en varias vistas públicas que durarán hasta el 27 de febrero. En la primera jornada de audiencias, Furness explicó que se recabaron un total de 4.444 denuncias que apuntan a centenares de religiosos y 93 altos cargos de la iglesia, además de afectar a más de un millar de instituciones.
Los datos recopilados indican que el 78% de los denunciantes fueron varones y un 22%, mujeres. También revelaron que la edad media de las víctimas fue de 11,6 años en el caso de niños y de 10,5 en el caso de niñas, y que las víctimas tardaron una media de 33 años en presentar las denuncias después de que el supuesto delito fuera cometido. En total, unas 1.880 personas fueron identificadas como presuntos perpetradores de abusos. De estos, 597, o el 32% eran hermanos religiosos; 572, o un 30%, sacerdotes; 543, o un 29%, laicos, y 96, o el 5%, eran hermanas religiosas.
La abogada criticó la gestión de estos casos por parte de la Iglesia y denunció que los relatos de las víctimas son “deprimentemente similares”. “Los niños fueron ignorados o, peor aún, castigados. Las denuncias no fueron investigadas. Curas y religiosos fueron reubicados. Las comunidades adonde fueron trasladados desconocían su pasado”, aseguró Furness. “Los documentos no fueron guardados o fueron destruidos. El secretismo prevaleció, al igual que los encubrimientos”, añadió. Los datos sugieren además que entre 1950 y 2010, más del 20% de los Hermanos Maristas, los Salesianos de Don Bosco y los Hermanos Cristianos fueron acusados de abusos sexuales, mientras que en la orden de San Juan de Dios la proporción sube a un 40,4%.
La abogada denunció ante la Comisión las dificultades impuestas por el Vaticano para obtener información sobre los abusos sexuales y en particular respecto al caso de un sacerdote acusado de pederastia. “La Comisión Real esperaba un mejor entendimiento sobre la acción que debería tomar en cada caso. La Santa Sede respondió el 1 de julio de 2014 que no era posible ni apropiado proveer la información requerida”, explicó Furness. Francis Sullivan, director ejecutivo del Consejo de la Verdad, Justicia y Reconciliación, el organismo dedicado a coordinar la respuesta de la Iglesia católica hacia las víctimas, calificó las cifras como “trágicas e indefendibles”.
“En cada entrada en este banco de datos, la mayor parte representa a un niño que sufrió a manos de alguien que debió cuidarlo y protegerlo”, señaló Sullivan. Los datos fueron revelados durante el primer día de una serie de audiencias en las que se abordarán las denuncias de abusos sexuales, cómo afrontó estos casos la Iglesia católica en el pasado y cómo lo hace en el presente, entre otros asuntos. Durante estas vistas declararán seis de los siete arzobispos de Australia y líderes de las órdenes religiosas, entre ellos el arzobispo de Adelaida, Philip Wilson, considerado el más alto cargo de la jerarquía católica acusado de encubrir abusos a menores.
El arzobispo de Sídney, Anthony Fisher, uno de los llamados a declarar, pidió perdón en una pastoral por el daño causado y confió en que la Iglesia católica saldrá reforzada de este “camino de humillación”. - R. Otoya