Manila - El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, se arriesga a un proceso de destitución por decir en un discurso que mató a supuestos drogadictos cuando era alcalde de Davao (sur), advirtió ayer el senador Richard Gordon. “Cuando dices algo como eso, te estás exponiendo, ¿verdad? Él lo dijo, así que legalmente puede enfrentarse a un proceso de destitución”, indicó Gordon, en referencia a las declaraciones que el mandatario hizo el lunes. “En todo caso, estoy seguro de que (el presidente) sabrá defenderse”, agregó el senador, un político independiente pero que ha apoyado varias medidas controvertidas de Duterte, como su esfuerzo por reimplantar la pena de muerte en Filipinas.
El pasado lunes, Duterte afirmó en un discurso pronunciado en el un foro empresarial organizado en el palacio presidencial de Malacañang, en Manila, que había matado a drogadictos y traficantes de drogas mientras era alcalde de Davao, cargo que ejerció durante 22 años (1988-98, 2001-10 y 2013-16).
El jefe de Estado también justificó el lunes la violenta campaña contra las drogas que ha lanzado desde que empezó su mandato, el 30 de junio pasado, y añadió que sólo un tercio de las 5.900 muertes que ha causado esta iniciativa fue en redadas policiales. “En Davao, lo solía hacer yo personalmente (matar). Quería enseñar a los policías que si lo hago yo, ¿por qué no van a poder hacerlo ellos?”, manifestó el político de 71 años. “Daba vueltas por Davao en mi moto (...) y patrullaba las calles. Realmente estaba buscando jaleo”, aseveró el dirigente.
No es la primera vez que el presidente filipino acapara la atención internacional con declaraciones como esta o como cuando amenazó con retirar a Filipinas de la ONU o cuando dijo que Dios le había hablado y le había ordenado que dejase de jurar. - Efe