Bruselas - Los ministros de Interior de la Unión Europea han puesto en valor las mejoras en el registro y control de las personas que tratan de cruzar de manera irregular la frontera, sobre todo a través de Italia y Grecia. Además, se ha constatado que “no hay combatientes extranjeros que hayan entrado en los últimos meses”, en referencia a europeos que viajan a Siria o Irak para ser formados como yihadistas y regresan para atentar.

Los 28 avanzaron ayer en el debate sobre el futuro modelo de la política de asilo común, con la idea de diseñar un marco predecible que permita “compartir la respuesta” a futuras crisis migratorias, pero dejando patente las divergencias que mantienen respecto a cómo repartir la carga del asilo si la presión migratoria se dispara. “Antes había dos campos absolutamente diferentes, pero ahora estamos en el mismo terreno. Estamos en la senda hacia un acuerdo, en base a lo que hemos logrado poner en marcha hasta ahora”, defendió el ministro eslovaco de Interior y presidente de turno de la UE, Robert Kalinak, en una rueda de prensa al término de una reunión a Veintiocho en Bruselas.

El comisario de Interior e Inmigración, Dimitris Avramopoulos, animó a acelerar las negociaciones e insistió en que si la UE hubiera contado con una política común fuerte hace dos años, no se hubiera visto enfrentada a una crisis de refugiados de las dimensiones de la que ha vivido. En el plano de la seguridad, Avramopoulos quiso subrayar las mejoras en el registro y control de las personas que tratan de cruzar de manera irregular la frontera de la UE, sobre todo a través de Italia y Grecia.

Y aseguró que “no hay combatientes extranjeros que hayan entrado en los últimos meses”, en referencia a europeos que viajan a Siria o Irak para ser formados como yihadistas y regresan a Europa para atentar. Kalinak defendió la rapidez y eficacia con la que la UE ha “reaccionado” a la crisis de refugiados y ha augurado importantes avances “en plazo breve”, en referencia al primer semestre de 2017. También recordó que la negociación de las actuales normas europeas de asilo llevó seis años, pese a que no existía la “presión” actual.

La última propuesta informal que discuten las capitales plantea una “solidaridad flexible”, que sucede a la idea de una “solidaridad efectiva”, y que ofrece alternativas a las cuotas de reubicación de refugiados, como respuesta compartida. Ello ofrecería a los Estados miembros más reticentes a un sistema de reparto de acogida permanente -como los países del Este o el Estado español- compensar no participar en el sistema de cuotas con una mayor implicación en otras áreas de gestión migratoria, como las deportaciones o aportar más recursos a las agencias europeas como Frontex o la oficina de asilo (EASO).

Los Veintiocho mostraron“consenso” en cuanto a que el actual sistema de Dublín, que rige las normas europeas de asilo, “no es capaz de encarar una presión migratoria sustancial”, por lo que es necesario contar con “una serie de medidas solidarias” que puedan ser desplegadas en situaciones excepcionales, según fuentes europeas.

Durante el almuerzo en el que los ministros abordaron “los principios de responsabilidad y solidaridad” en el contexto de la política de asilo, las delegaciones coincidieron en que ambos elementos deben “ir de la mano” y subrayaron necesidades como reforzar los medios de Europol, EASO y otras agencias y un rápido despliegue del cuerpo europeo de fronteras y guardacostas. - E.P.