Roma - El presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, comenzó ayer oficialmente las consultas que deberán derivar en un nuevo Gobierno que suceda al del dimisionario primer ministro Matteo Renzi, quien, entretanto, se mantiene en funciones. La primera ronda para atajar la crisis de Gobierno abierta tras la renuncia de Renzi a consecuencia del resultado en contra del referéndum para la reforma constitucional celebrado el pasado día 4, fue de carácter institucional ya que Mattarella no recibió a los partidos políticos sino al presidente del Senado, Pietro Grasso, y a la de la Cámara de los Diputados, Laura Boldrini.
La idea es formar un Gobierno que continúe con la legislatura al menos por un tiempo y evitar así convocar elecciones anticipadas, debido esencialmente al problemático sistema electoral vigente en el país. En Italia rigen dos leyes electorales distintas para la Cámara de los Diputados y para el Senado y, mientras que la que afecta a esta última fue declarada inconstitucional en 2013, el Tribunal Constitucional prevé pronunciarse sobre la otra el próximo 24 de enero. Por eso el principal objetivo del nuevo Ejecutivo será reformar el sistema electoral vigente o impulsar uno nuevo, algo en lo que los partidos, cada vez más enfrentados, no se ponen de acuerdo.
También se muestran divididos sobre el proceso que el país deberá afrontar para salir de esta situación. Los analistas apuntan a que Mattarella baraja tres opciones: convocar un Gobierno de unidad nacional, encargar a un candidato buscar el apoyo de una mayoría de legisladores o pedir a Renzi que repita en el cargo al menos hasta que se reforme la ley electoral.
Renzi, que ayer condujo su coche hasta su Florencia natal para pasar el día en familia, ha abogado ante su partido, el PD, por un Gobierno conformado por todos los partidos o convocar las elecciones porque su formación, ha dicho, “no teme a la democracia”. - Efe