SANTIAGO DE CUBA. "El líder de la Revolución rechazaba cualquier tipo de manifestación de culto a la personalidad y fue consecuente con esa actitud hasta sus últimas horas de vida", afirmó Raúl Castro en su intervención en el acto multitudinario de tributo a Fidel en la Plaza de la Revolución "Antonio Maceo" de Santiago de Cuba.
Vestido de uniforme militar y con la voz quebrada en algunos momentos, Raúl Castro recordó las grandes hazañas de la Revolución bajo el mando de Fidel, al que nunca se refirió como su hermano, sino como el "líder de la Revolución" o "comandante".
Sí dijo que Fidel era "el más preclaro hijo de Cuba en este siglo", "aquel que nos demostró que sí se podía intentar la conquista del Moncada, que sí se podía convertir aquel revés en victoria", recordando los sucesos del 26 de julio de 1953, cuando el fallido asalto a ese cuartel militar de Santiago por los rebeldes se convirtió en el germen de la Revolución.
Fidel Castro también demostró que "sí se podía llegar a Cuba en el yate Granma, resistir al enemigo, al hambre, la lluvia y el frío", o que "sí se podía derrotar en 72 horas la invasión mercenaria de Playa Girón y proseguir la campaña para erradicar el analfabetismo" o "proclamar el carácter socialista de la Revolución a 90 millas del imperio", rememoró Raúl.
También recordó los años difíciles del Periodo Especial, cuando la economía cubana colapsó arrastrada por la caída del bloque socialista en los años noventa.
"Entonces, pocos en el mundo apostaban por nuestra capacidad de resistir, pero nuestro pueblo bajo la conducción de Fidel dio una inolvidable lección de firmeza y lealtad a los principios de la Revolución", aseveró.
"Él demostró que sí se pudo, sí se puede y sí se podrá superar cualquier obstáculo, amenaza o turbulencia en nuestro firme empeño de construir el socialismo en Cuba", arengó Raúl, mientras la multitud coreaba "sí se puede, sí se puede".
Con un emotivo "Hasta la victoria siempre", Raúl puso el broche final al acto de despedida, la misma consigna revolucionaria con la que cerraron los discursos previos representantes de organizaciones oficialistas como la Central Nacional de Trabajadores (CNT), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) o la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
"Esta Revolución la defenderemos siempre, no dejaremos caer jamás la espada ni la bandera. Los estudiantes no le fallaremos. Ratificamos el compromiso de avanzar hacia el porvenir con sus principios e ideales", aseguró la dirigente de la FEU, Jennifer Bello, que integra el buró político del Partido Comunista.
En todas los discursos el mensaje fue similar: el compromiso desde todos los sectores de la población de continuar el legado de la Revolución y sus valores socialistas.
"Las nuevas generaciones de cubanos jamás dejarán de ser fieles a su legado y a la confianza que depositó en la juventud", aseveró la secretaria general de la UJC, Susely Morfa.
Aunque no hicieron uso de la palabra, entre los invitados al acto en Santiago figuran personalidades que fueron amigos personales de Fidel como los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Bolivia, Evo Morales; los expresidentes de Brasil, Lula da Silva y Dilma Rousseff, o el futbolista argentino Diego Maradona.
Durante el acto, las cenizas del exmandatario cubano reposaron en el mausoleo dedicado el héroe independentista Antonio Maceo, ubicado en esa plaza, que congregó a miles de personas para dar el último adiós al comandante en Santiago de Cuba, hogar espiritual de Fidel y cuna de la Revolución.
Después de un periplo de más de mil kilómetros por toda la isla, las cenizas del líder cubano serán inhumadas el domingo en una ceremonia íntima y privada, sin acceso de prensa ni público, en el cementerio de Santa Ifigenia.
Allí, el comandante descansará para siempre cerca de los restos del héroe nacional y líder independentista José Martí, a quien Fidel consideraba "inspirador intelectual" de la Revolución.