Bruselas - El grupo terrorista del Estado Islámico (EI) podría añadir los atentados con coches bomba a su “modus operandi” en sus futuros ataques contra países de la Unión Europea (UE), según un estudio publicado ayer por Europol. “Los ataques de París y Bruselas mostraron que los terroristas que actúan en nombre del EI (...) son capaces de planificar ataques relativamente complejos y efectivos” y “otras posibilidades para el futuro incluyen el uso de coches bomba, secuestros o extorsiones”, indican los expertos antiterroristas de Europol.

Se apoyan, entre otros datos, en que se sospecha que los yihadistas que golpearon París en noviembre de 2015, matando a 132 personas e hiriendo a más de 300, tenían planes para instalar un coche cargado de explosivos “probablemente en algún lugar de Francia”, pero que tuvieron que cambiar de agenda a causa de la presión policial. Agregan que los ataques con terroristas suicidas de París o Bruselas muestran “similitudes” con los ejecutados en Bombay en 2008 y no es descartable que el EI o grupos afines busquen exportar a la Unión Europea técnicas terroristas como las que emplean en Siria e Irak, donde los coches bomba contribuyen habitualmente a sus masacres.

El informe señala a lo países miembros de la coalición internacional contra el EI como principal objetivo de sus futuros ataques terroristas, con Francia a la cabeza de la lista y amenazas creíbles también para Bélgica, Alemania o el Reino Unido.

Europol identifica dos tipos de objetivos prioritarios: los de carácter simbólico, con las fuerzas de seguridad en el punto de mira, y los que se cometen indiscriminadamente contra la población civil con un “poderoso efecto” intimidatorio para los ciudadanos. Esa estrategia desplaza a un lugar secundario otro tipo de ataques contra infraestructuras, como redes eléctricas, instalaciones nucleares, centros de transporte o incluso ciberataques, pues obtienen menor “impacto” en la opinión pública.

El Estado Islámico también tiene en cuenta en su estrategia terrorista el impacto económico de sus ataques, que se notan en la caída de los “viajes y el turismo”, tanto fuera de la UE (Túnez, Egipto y Turquía) como dentro (Francia y Bélgica), a lo que se suma que la amenaza yihadista ha elevado “significativamente” los costes de seguridad en sus países objetivo.

Respecto al perfil de los terroristas que atentan en la Unión Europea, el informe señala que “no son necesariamente profundamente creyentes”, a menudo se inspiran en el EI pero no reciben órdenes directas de la organización terrorista y suelen tener relación con otros grupos o actividades criminales.

Por otra parte, los expertos de Europol consideran que una de las estrategias que podría implementar el Estado Islámico es buscar que sus ataques “comprometan a los refugiados sirios como grupo y obligue a los Estados miembros (de la UE) a cambiar sus políticas hacia éstos”, por ejemplo, intentando radicalizar y captar a miembros de la diáspora siria una vez en Europa.

Más allá de la amenaza del EI, otros grupos terroristas islamistas como Al Qaeda o Al Nusra, o individuos o grupos inspirados en ellos, también seguirán representando una amenaza, como recuerda el atentado en París contra el semanario Charlie Hebdo, perpetrado en 2015 en nombre de la primera de esas organizaciones, concluye el informe.

el espía yihadista alemán Mientras el caso del detenido islamista de origen español y nacionalidad alemana infiltrado en los servicios secretos alemanes ha puesto en entredicho los métodos de selección de uno de los organismos más sensibles de la seguridad interior.

La Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), como se denomina el servicio de inteligencia interior de Alemania, ha decidido avanzar la revisión periódica de sus colaboradores “a la luz de las circunstancias”, afirma el popular diario Bild. Especialmente afectados por la revisión quedarán aquellos que fueron reclutados en los dos últimos años, por iniciativa del propio departamento y a través de anuncios de ofertas de empleo publicadas en los periódicos.

En ese examen se incluirá una inspección del entorno y la familia del colaborador, prosigue ese rotativo, uno de los medios que estos días ha estado recopilando datos del sospechoso, incluido que en el pasado participó como actor en películas porno de contenido gay.

El caso del presunto topo, identificado como Roque M., salió a la luz el pasado martes, con la confirmación por parte de la Fiscalía de la detención de un hombre de 51 años que se había convertido al islam radical hace dos años y que fue contratado el pasado abril por el BfV.

“La oficina busca con urgencia colaboradores”, señaló un colaborador del departamento de espionaje al Bild, según el cual “contratan al primero que pasa”.

Esto explicaría, según el rotativo, por qué el sospechoso superó el proceso de selección de los servicios secretos e incluso logró ocultar una supuesta conversión al islam radical en 2014, además del dato añadido de su participación en películas porno de contenido homosexual.

No está claro hasta qué punto el hombre forma parte -como al parecer declaró en un interrogatorio, según el diario Süddeutsche Zeitung-, de un plan más amplio para “infiltrar” islamistas radicales en los servicios secretos. Los responsables del interrogatorio apuntan incluso a que simplemente sufre un “trastorno psicológico”.

Según Stephan Mayer, experto en asuntos del Interior de la Unión Socialcristiana (CSU) bávara (el partido hermano de la CDU de la canciller alemana, Angela Merkel), hay indicios de que “el sospechoso está confundido” y que no es un islamista. - Efe