París - Contra todo pronóstico y después de ir durante toda la campaña en el tercer puesto, el ex primer ministro francés Françoise Fillon fue el candidato más votado (44% de los votos) en la primera vuelta de las primarias de los conservadores franceses de cara a elegir a su candidato al palacio del Elíseo la próxima primavera. La segunda posición, en dura pugna con el expresidente Nicolas Sarkozy (21%), fue para el alcalde de Burdeos, Alain Juppé (28,2%), lo que deja a Sarkozy fuera de la carrera presidencial en lo que no deja de ser una gran sorpresa.
La clara victoria de Fillon, unido a los apoyos ya recibidos de dos de los candidatos, Nicolas Sarkozy y del exministro Bruno Le Maire, que ayer quedó cuarto en la primera vuelta de las primarias, hace que el exprimer ministro francés sea el claro favorito para ser el candidato del centro-derecha francés para el Elíseo.
La jornada estuvo marcada por las largas colas para votar en unas inéditas primarias entre los conservadores, donde muchos electores aseguraban que el objetivo era elegir al candidato que mejor pueda contrarrestar a la líder ultraderechista Marine Le Pen. “Necesitamos un candidato fuerte para evitar que gane Marine Le Pen el año próximo”, aseguró Martine, una anciana menuda que guardaba pacientemente cola frente a un colegio del popular distrito 19 de París.
Como en muchas de las más de 10.000 mesas abiertas durante 11 horas, Martine tuvo que esperar más de una hora para poder depositar su sufragio. “Se me hace un poco tarde, tengo que ir a misa”, aseguraba la mujer con cierta inquietud. Ni siquiera el desapacible tiempo que hubo en buena parte del país, con lluvias, frío y un cielo totalmente nublado, disuadió a los simpatizantes del centro y la derecha de acudir a este sufragio, una novedad en su campo político.
Altísima participación Los organizadores de los comicios ocultaban mal su satisfacción y presumieron que unas cuatro millones de personas -superando así las que ganó Hollande hace cinco años en las primarias socialistas- acudieron a las urnas, pese a que cada elector tenía que pagar una contribución de 2 euros y firmar una declaración de adhesión a los valores del centro y la derecha, una forma de disuadir a los simpatizantes de izquierda o de extrema derecha de desnaturalizar el resultado.
Martine designaba bien el rival que a seis meses de la primera vuelta de las presidenciales está presente en la mente de los conservadores: la candidata ultraderechista, Marine Le Pen, a quien todos los sondeos dan por seguro que estará en la segunda vuelta. “No creo que Hollande se presente, así que todo apunta que Le Pen será el rival a batir. Hay que elegir al candidato que mejor pueda hacerlo”, aseguraba Fréderic, que hace una cola más modesta en el céntrico distrito 9, a pocos metros de la Ópera. El elector, empresario, se negaba a decir quién considera que es el mejor antídoto contra la candidata de la extrema derecha.
Un papel que durante la campaña se han arrogado los siete candidatos, aunque con estrategias diferentes. El ex primer ministro François Fillon emitió su sufragio en París después de remontar en la campaña. Inició la misma como el tercer candidato en discordia pero su buen hacer en los debates previos ha supuesto un trampolín para ser elegido el próximo domingo como el candidato del centro-derecha francés.
El expresidente Nicolas Sarkozy votó acompañado de su esposa, la exmodelo y cantante de origen italiano Carla Bruni, aunque no tuvo que hacer cola por gentileza de los allí presenres. Sarkozy ha defendido una postura más radical, con algunos postulados cercanos a los del Frente Nacional. También emitieron su voto, en medio de una gran atención mediática, los otros cuatro postulantes, los exministros Bruno Le Maire, Nathalie Kosciusko-Morizet y Jean-François Copé, además del presidente del partido cristianodemócrata Jean-Frédéric Poisson. Los siete candidatos se mostraron satisfechos por la gran movilización que hubo durante la jornada electoral.
Primeros apoyos a Hollande. Medio centenar de artistas y creadores franceses, entre ellos las actrices Catherine Deneuve y Juliette Binoche, el dramaturgo Jean-Michel Ribes o el deportista Yohann Diniz mostraron ayer su apoyo al presidente, François Hollande, de quien defendieron su acción de Gobierno y su eventual candidatura. En una tribuna publicada en el semanario ‘Le Journal du Dimanche’, los firmantes relatan algunos de los logros del mandato de Hollande y aseguran que han sido “acallados” por una crítica constante a su acción.
Sin decidir si se presenta. Este apoyo se produce a seis meses de las elecciones presidenciales y un mes antes de que el propio Hollande anuncie si opta a la reelección y cuando su popularidad está por los suelos.