Moscú - Un juzgado de Moscú decretó ayer el arresto domiciliario para el ya exministro de Economía de Rusia, Alexéi Uliukáyev, detenido in fraganti al aceptar un soborno de dos millones de dólares que al parecer exigió a la petrolera pública Rosneft a cambio de permitirle privatizar otra empresa del sector. El tribunal ha considerado que las pruebas preliminares reunidas por la acusación son suficientes para incriminar a Alexéi Uliukáyev y ha declinado dejarle en libertad al entender que podría “fugarse, presionar a los testigos o influir de otra manera” en la investigación abierta.

Poco después de que el juez decretara el arresto domiciliario, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, destituyó a Uliukáyev de su cargo “por pérdida de confianza”, según anunció el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

El Comité de Instrucción (CI) ruso, la autoridad judicial que ha abierto un procedimiento penal contra el exministro, asegura tener todas las pruebas para demostrar la culpabilidad de Uliukáyev, que podría ser condenado a una pena de hasta 15 años de prisión.

“La investigación dispone de una serie de pruebas de peso -incluidas grabaciones de audio y vídeo, declaraciones de testigos-, que por ahora no se han hecho públicos” para preservar el secreto de sumario, explicó a los periodistas la portavoz del CI, Svetlana Petrenko. Según las autoridades rusas, el hasta hace unas horas ministro de Economía, de 60 años, fue detenido en el momento en que recibía el soborno, en una operación organizada por el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, antiguo KGB).

defensa La culpabilidad de Uliukáyev -que él ha negado tanto durante las cinco horas que duró su interrogatorio como en el juicio celebrado para decidir las medidas preventivas en su contra- será probada por una sustancia específica que quedó en sus dedos cuando tomó en sus manos el dinero, agregó Petrenko. El acusado manifestó en la sala del tribunal su “máxima disposición a cooperar con la investigación”, pese a que durante el interrogatorio, según declaró el fiscal, se negó a ofrecer su versión de los hechos. “No admite su culpabilidad y sostiene que ha sido víctima de una cruel provocación, que no tomó el dinero en sus manos”, aseguró a los periodistas el abogado de Uliukáyev, Timoféi Gridnev. - Efe