Erbil (Irak) - Las fuerzas iraquíes consolidaron ayer sus avances en el frente oriental de la ciudad de Mosul, donde combaten en varios puntos al grupo yihadista Estado Islámico (EI), que fue acusado de nuevo de secuestros y ejecuciones masivas tras el hallazgo de una fosa común. Al noreste del bastión del EI en Irak, se registraron violentos combates en la estratégica comarca de Bashiqa, donde tropas kurdas peshmergas controlan ya gran parte del territorio y el centro de la ciudad homónima.
El general Aziz Weizi, responsable de la ofensiva lanzada ayer contra Bashiqa, explicó que cinco terroristas fallecieron en los enfrentamientos, mientras que otros seis murieron en ataques aéreos.
Entretanto, prosiguen las operaciones de búsqueda y persecución de yihadistas, algunos de los cuales se han escondido en túneles y refugios subterráneos en la comarca, conquistada por el EI en agosto de 2014. Todavía hay muchas viviendas y calles con artefactos explosivos, por lo que los peshmergas se dedican a detectarlos y desactivarlos, indicó Weizi.
La aviación de guerra de la coalición internacional, liderada por EEUU, efectuó también varios bombardeos, que destruyeron posiciones del EI en Bashiqa. El dirigente militar kurdo Gayaz al Suryi adelantó en declaraciones a Efe que sus fuerzas liberarán por completo la zona en “unas horas”.
También en el frente oriental, pero en interior de Mosul, los combates de centraron en el barrio de Al Karama, de donde fueron evacuadas numerosas familias.
En el sector este de Mosul murió además ayer un cabecilla del EI, identificado como Ali Abdelwagab, junto a otros seis terroristas en enfrentamientos con fuerzas antiterroristas iraquíes. El jefe del Comité de Seguridad del Consejo de la provincia de Nínive, cuya capital es Mosul, Mohamed al Bayati, dijo que Abdelwahab era el comandante de una de las brigadas de los ingamaziyin, integradas por combatientes suicidas del EI de diversas nacionalidades.
ataques suicidas Los ataques con suicidas son una de las principales tácticas de combate de los yihadistas para intentar frenar a las fuerzas de seguridad. Un atentado de este tipo con camión cisterna en el barrio oriental de Al Entesar causó ayer la muerte de al menos cuatro civiles y un soldado y heridas a otras 20 personas, la mayoría de las cuales fueron trasladadas a Erbil, la capital de Kurdistán iraquí.
Un responsable gubernamental de Nínive, Zahed al Jatuni, indicó que entre los heridos hay mujeres y niños y que algunos se encuentran en estado grave.
Al Jatuni denunció que el EI está utilizando a los habitantes de los barrios de Mosul como “escudos humanos” para poder cometer sus actos terroristas y está destruyendo la infraestructura pública casi por completo.
La ofensiva de las tropas iraquíes y kurdas para liberar Mosul comenzó el pasado 17 de octubre y desde entonces han ido estrechando el cerco a los yihadistas por tres frentes -norte, sur y este-.
Al sur de la ciudad, la ONU denunció ayer que los yihadistas han secuestrado a 295 exmiembros de las fuerzas de seguridad iraquíes y han obligado a 1.500 familias de la ciudad de Hamam al Alil a retirarse junto a ellos al aeropuerto de Mosul.
Los exmilitares, cuyo paradero se desconoce, fueron secuestrados a principios de noviembre en dos acciones distintas, explicó Ravina Shamdasani, portavoz de la Oficina del alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en una rueda de prensa.
En Hamam al Alil, a 25 kilómetros al sur de Mosul, la Policía iraquí investigaba ayer una fosa común con más de cien cadáveres de personas ejecutadas por el EI que fue hallada en las últimas horas.
El jefe de la Policía Federal, el general Raed Yudet, dijo que se presume que los cadáveres pertenecen a antiguos efectivos de las fuerzas de seguridad iraquíes.
La Policía trata de identificar a las víctimas, por lo que ha cercado los alrededores de la fosa hasta que lleguen las autoridades competentes para levantar los cuerpos.
El control de Hamam al Alil, principal núcleo urbano de la comarca del mismo nombre, fue arrebatado a los yihadistas por unidades policiales y del Ejército el pasado 5 de noviembre.
Las operaciones militares avanzan según lo previsto pero están provocando una crisis humanitaria por el desplazamiento de la población, aunque menor de la esperada.
Según datos difundidos ayer por la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), casi 35.000 civiles iraquíes se han convertido en desplazados internos desde el inicio de la ofensiva.