Londres - La primera ministra británica, Theresa May, transmitió ayer al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y a la canciller alemana, Angela Markel, su confianza en que el calendario del Brexit no se alterará por la sentencia que puede obligarle a pedir autorización al Parlamento. May explicó a ambos líderes por teléfono que espera que el Tribunal Supremo revoque en diciembre el fallo que niega a su Gobierno el poder constitucional necesario para activar de forma unilateral el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que iniciará formalmente la desconexión del Reino Unido de la Unión Europea (UE). Si la máxima autoridad judicial británica mantiene la sentencia que dictó el jueves el Tribunal Superior, May podría verse obligada a tramitar una ley que pasaría por la Cámara de los Comunes -donde su formación, el Partido Conservador, tiene mayoría absoluta- y la de los Lores -donde sus miembros vitalicios son más proclives a la UE-.

Ese proceso parlamentario abriría la puerta a que diputados de la oposición o bien conservadores proeuropeos intentaran retrasar la salida de la UE o trataran de imponer condiciones al inicio del proceso de negociaciones con Bruselas. A pesar de la complejidad y la incertidumbre que añadió el dictamen judicial, la primera ministra comunicó a sus colegas europeos que “la agenda planeada para notificar (la activación del) artículo 50 se mantiene intacta”, detalló ayer un portavoz de Downing Street.

El Ejecutivo británico prevé iniciar la desconexión en abril de 2017, lo que abriría un periodo de dos años de negociaciones antes de la ruptura de lazos definitiva entre Londres y Bruselas, que se produciría, según ese calendario, a principios de 2019.

“A pesar de que el Gobierno está decepcionado con la decisión judicial, mantenemos la firme convicción de que nuestros argumentos son lo suficientemente sólidos para defenderlos el mes próximo en el Tribunal Supremo”, agregó esa fuente oficial.