Calais - “No es el Reino Unido, pero hay calefacción y comida”. Rakhad escucha a su amigo Kham a través de su teléfono móvil. En la pantalla del mismo, en directo, Kham muestra una amplia mesa repleta de frutas, yogures, leche... “Se marchó ayer a Marsella. Me gustaría ir con él”, asegura Rakhad, apostado en la fila que da acceso al centro de selección de inmigrantes montado por el Gobierno francés junto al campamento de Calais, el más grande del país.

Las nuevas tecnologías conectan a quienes se fueron la víspera, en el primer día de evacuación, y quienes todavía dudan en tomar el mismo camino, el que lleva a uno de los 450 centros provisionales que el Ejecutivo ha abierto en toda Francia. “No sé si puedo ir con él, yo soy menor”, dice Rakhad, que aguarda en la cola de los niños. Tiene 17 años, es paquistaní e ignora todo sobre su futuro. “¿Crees que puedo ir al mismo lugar?”.

Rakhad se pasea con su teléfono móvil entre los amigos que comparten con él la fila de espera. Saludan a Khan, que parece contento de mostrar un lugar más agradable que la jungla en la que han pasado los últimos meses. A su lado, un muchacho sudanés se ha cortado el pelo manteniendo la inscripción UK (siglas del Reino Unido, en inglés). Nada va a disuadirle de intentar el paso a ese país, pese a que se ha enrolado en la fila de los que el Gobierno francés quiere repartir por el territorio.

“Ese es el problema, que no se ha informado bien. Vienen aquí sin saber a dónde van”, señala Beatriz, una española que trabaja como fisioterapeuta para dos asociaciones humanitarias y que en algo más de un mes en Calais (norte de Francia) se ha convertido en un rostro querido por los inmigrantes.

“Hola”, le dicen en castellano al pasar muchos de ellos, que vienen a saludarla y a agradecerle su ayuda. “¿Cuándo salen los autobuses para el Reino Unido?”, pregunta un afgano. “¿Ves?”, replica Beatriz: “No se les ha informado bien”.

Para los menores ni siquiera hay autocares. Por el momento, permanecen en el centro de Calais, en un poblado de contenedores del Gobierno, a la espera de que sean examinados sus expedientes. Una vez que se confirma que son menores, hay que comprobar si tienen familia en el Reino Unido, en cuyo caso son enviados a ese país en virtud de los acuerdos bilaterales firmados entre París y Londres. De lo contrario, será Francia la que se ocupe de ellos hasta que, una vez que cumplan los 18 años, se sometan a los procedimientos de demanda de asilo. - Efe