bilbao - La larga campaña electoral llega a su fin con el ambiente más tenso posible. Donald Trump, quien ha sido durante meses el centro de la polémica, no se compromete a aceptar el resultado electoral. Sobre esta posibilidad o los cambios en el electorado americano respondió ayer en Bilbao David Connell, que acudió a la Fundación Sabino Araba para ofrecer la conferencia La carrera hacia la Casa Blanca: el proceso electoral hasta la designación del presidente de EEUU.

A modo de resumen, ¿cómo se articula el sistema electoral en Estados Unidos?

-Nuestro sistema de elecciones presidenciales se basa en los colegios electorales, que a su vez toman como referencia el censo. El último censo se hizo en el año 2000 y a través de él se determina la representación en el Congreso, compuesto por la Cámara de Representantes y el Senado. Los Estados que tienen más población, tienen más representantes y por ello, más votos electorales. Hoy en día tenemos 435 representantes en la Cámara de Representantes, o lo que es lo mismo, 435 votos electorales. A ello hay que sumarle los 100 del Senado y otros tres del Distrito de Columbia, que es nuestro distrito federal. En total hay 538 votos electorales. El candidato que obtenga más del 50% de esos votos electorales, es decir, 270, será el ganador.

Por lo que en Estados Unidos no podría suceder que se impida la formación de Gobierno, como ha pasado en el Estado español.

-No sería lo habitual, porque allí no son necesarios los pactos entre partidos para formar Gobierno.

En Europa, acostumbrados en los últimos años a que surjan nuevos partidos, llama la atención la poca variedad del sistema estadounidense.

-Ya en el siglo XIX se formaron los dos principales: el Partido Demócrata y el Partido Republicano. Con los años, estos partidos han ido abriendo sus principios para representar las demandas de nuevos grupos de población. Cada vez que en el pasado surgieron conatos de nuevos partidos, los dos principales cambiaron un poco sus valores para representar los intereses de los nuevos grupos. No obstante, sí podría haber más y de hecho, existen otros dos candidatos que representan al Partido Libertario y al Partido Verde. Lo que pasa es que la gente tiende a decantarse por los dos lados que son más fuertes. A las del 8 de Noviembre se presentan cuatro partidos diferentes, aunque los dos minoritarios no recibirán muchos votos.

Respecto a lo que se obtenga de estas elecciones, el candidato Trump ha llegado a decir que no aceptará el resultado si no gana.

-Como dijo el presidente Obama, tenemos una tradición muy importante de elecciones bien organizadas tanto a nivel nacional, como a nivel estatal y local, y en ellas todos los candidatos han respetado los resultados. Es fundamental para la salud de nuestra democracia que cualquier candidato respete lo que determinen las urnas. El sistema funciona bien y así continuará en el futuro.

Y la construcción del muro, ¿sería posible? Teniendo en cuenta que afirma que se levantará en territorio mexicano y que lo pagará México.

-Es muy importante mantener las buenas relaciones con México, o con cualquier otro país. Aunque vamos a dejar a los propios candidatos determinar los proyectos que vayan a proponer.

En las últimas elecciones celebradas en el Estado destacó el poco acierto de las encuestas. En estos momentos la mayoría de ellas dan a Hillary Clinton como ganadora. ¿Podría ser otro el resultado?

-Los grupos independientes que realizan las encuestas tienen sus propios recursos para obtener los resultados. Aunque al final, lo más importante es lo que la gente vote. Seguimos los sondeos y encuestas como información, pero es sumamente importante que todos los que puedan acudir a votar voten. En Estados Unidos también hay ejemplos en los que las encuestas han fallado. En el 2000 todos los sondeos apuntaban a Al Gore como el próximo presidente, pero acabó ganando George Bush. Estos ejemplos nos muestran a lo que hay que prestar realmente atención es el resultado de las elecciones y no lo que vaticinan los sondeos.

En las campañas electorales americanas hay una tradición de debatir mayor que aquí. ¿Cuánta importancia les da realmente la población?

-Los debates electorales comenzaron en Nueva Inglaterra, cuando se hacían a nivel muy local. En ese momento los candidatos se reunían con los vecinos y estos hacían preguntas a los candidatos. Para nosotros es una manera de analizar su calidad, sus reacciones, su personalidad... Es importante para formar la percepción del candidato. Además, en nuestro pasado tenemos ejemplos de debates muy importantes, como cuando Abraham Lincoln y Steven Douglas iban en 1860 a los comunidades más rurales y explicaban en la plaza del pueblo los temas importantes. Es una tradición muy rica de la política estadounidense.

A raíz de la tensión que ha habido en los tres debates entre Hillary Clinton y Donald Trump, la alcaldesa de Las Vegas, Carolyn Goodman, declaró a Le Figaro que “las cuestiones que han monopolizado el debate no son digas de candidatos a la presidencia”. ¿Se ha desviado la atención de lo realmente relevante?

-Los debates son en el fondo una parte de la conversación con la población. Son una plataforma. Los dos candidatos no sólo participan en los debates, sino que continúan explicando sus propuestas en sus propias reuniones, asambleas... Para realmente estudiar sus políticas hay que analizar lo que dicen a través de todos los medios a su alcance.

La comunidad latina fue determinante para la elección de Obama, ¿volverá a serlo ahora u serán otras comunidades las que marquen la diferencia?

-Hay comunidades que tiene mayor número de votantes y por ello los candidatos se dirigen a ellas para obtener sus votos. Algunos ejemplos serían la comunidad afroamericana, la latina o la asiática. Los candidatos hablan con todos estos grupos sobre sus intereses particulares y les convierten en parte de la plataforma del candidato. El interés que genera la comunidad latina es cada vez mayor por su importante crecimiento. Aunque no son un grupo sólido, hay muchas opiniones diferentes dentro de la comunidad latina.

Otra clave suele ser Ohio, cuyos resultados son reflejo de los de todo el país. ¿Qué le hace a este Estado tan especial?

-Ohio está en el cruce de varias regiones y sectores económicos. Hay una parte industrial, otra parte agrícola, y muchas comunidades étnicas diferentes. Es por ello un muy buen reflejo de los cambios que están sucediendo en el conjunto del país.