Bilbao - Dos misiones de expertos en derechos humanos partían desde Euskadi este domingo con destino a El Aaiún para participar en una jornadas sobre la memoria histórica y la mujer. En una llegaba el domingo por la mañana a la capital saharaui el experto en derechos humanos Carlos Martín Beristain, integrante del grupo de expertos designados por la Organización de Estados Americanos para investigar la desaparición de 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa (México). Martín Beristain viajó vía Las Palmas y nada más aterrizar en El Aaiún, la policía marroquí le retenía comunicándole que era “una amenaza para el orden público” y que no le dejarían entrar. El profesor les pedía que lo reflejaran por escrito. Los policías se negaron y le obligaron a retomar el avión de vuelta.
Por la tarde llegaban a Casablanca Gloria Guzmán Orellana de Hegoa, Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional de la Universidad del País Vasco, y Arantza Chacón Ormazábal, de la Asociación Internacional para la Observación de los Derechos Humanos. Una vez en el aeropuerto eran registradas e interrogadas sobre su viaje. Tras esta desagradable bienvenida les fue permitido continuar hasta El Aaiún, siempre bajo vigilancia policial.
Una vez en su destino, varios policías suben al avión y les impiden descender indicándoles que “el Gobierno no os quiere aquí”. Y sin poder llegar siquiera a la escalerilla, son devueltas a Casablanca, no sin solicitar infructuosamente que la comunicación les fuera realizada por escrito.
Una vez en Casablanca seis policías les requisan los pasaportes y los equipajes y les indican que deben permanecer en tránsito hasta ser expulsadas en un avión ayer lunes. “Volvimos a pedirles que nos comunicaran por escrito lo que habíamos hecho para estar retenidas”. La respuesta volvió a ser negativa y “nos contestaron que si lo pagábamos nosotras podíamos pasar la noche en el hotel que está en la zona de tránsito del aeropuerto”, pero siempre custodiadas por la policía. “Tampoco nos devolvían los equipajes”.
Ante esta situación se pusieron en comunicación con el consulado español en Casablanca para informarles de que estaban retenidas ilegalmente. “Nos respondieron que era una cosa del Gobierno marroquí y que ellos no se podían meter”, pero lo que más indignó a las dos activistas fue que “acto seguido nos dicen que nos preocupemos que estamos en manos de la policía marroquí, como si esta policía no tuviera un largo historial de irregularidades, torturas y malos tratos”. Ayer fueron conducidas a un avión dentro del cual los policías encargaba al comandante de la nave entregar los pasaportes a la policía española en Madrid. - J.V.