Atenas - Por primera vez en muchos meses, el número de refugiados atrapados en las islas griegas que sirven de puerta de entrada hacia Europa ha superado los 10.000, lo que sobrepasa con creces las capacidades disponibles.
En plena temporada estival, y con un retroceso de hasta el 70% del turismo en algunas islas como Quíos y Lesbos, las autoridades locales han lanzado la voz de alarma y han solicitado ayuda inmediata al Gobierno. Según los datos publicados ayer por el Ejecutivo, en las siete islas -que acogen refugiados originarios principalmente de Siria, Irak y Afganistán, y procedentes de Turquía- había por la mañana 10.042 personas, en unos centros de acogida oficiales con capacidad máxima para 7.450.
Aunque las llegadas diarias son muy inferiores a las que se producían antes del acuerdo firmado entre la Unión Europea y Turquía, desde el golpe fallido el pasado 15 de julio, han vuelto a aumentar algo y a diario arriban una media de 100 personas.
El ministro de Migración griego, Yanis Muzalas, destacó, en una entrevista a la emisora de radio Skai que el ritmo de las llegadas no puede ser considerado como incumplimiento del acuerdo por Turquía, aunque admitió que el Gobierno está preocupado por la situación en el país vecino.
La presidenta de la región de Egeo del Norte, Cristiana Kaloyiru, en una entrevista también a Skai, atribuyó la superpoblación de los centros de detención en las islas al ritmo lento de tramitación de las demandas de asilo. “Cada día se tramitan entre 60 y 70 demandas de asilo, mientras ya hubo más de 8.000 peticiones de protección internacional, con todas las consecuencias que eso puede tener”, aseveró Kaloyiru.
Hace un mes, Médicos Sin Fronteras protestó por la “luz verde al Marco de Colaboración entre la UE y Turquía propuesto por la Comisión; el Consejo Europeo ha adoptado una decisión decepcionante convirtiendo el acuerdo en un modelo para su respuesta a los flujos de refugiados y migrantes hacia Europa. El CE ignora las graves consecuencias humanitarias de este acuerdo, especialmente en Grecia. El acuerdo representa un ataque sin precedentes sobre el derecho de asilo”. - Efe /DNA