Managua - El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su esposa, Rosario Murillo, revelaron ayer que serán compañeros de candidatura en los próximos comicios, en los que no participará el principal bloque opositor, golpeado por los poderes del Estado.

La inscripción de Murillo recibió la crítica inmediata de sectores que consideran que Ortega no sólo quiere instaurar un régimen de partido único sino una nueva dinastía 37 años después de que fuera derrocada otra, la de la familia Somoza (1937-1979).

El mandatario se registró este martes ante el Poder Electoral en busca de su cuarto mandato y tercero consecutivo junto a la influyente primera dama como aspirante a la Vicepresidencia para esos comicios, en los que los sandinistas marchan como favoritos para conservar el poder, según las encuestas. “Se hablaba de quién iba a asumir la Vicepresidencia para seguir con el buen Gobierno de este país. Tenía que ser una mujer y quién mejor que la compañera Rosario Murillo, que ha realizado una labor con mucha eficiencia, disciplina, dedicación y sin horario”, dijo el líder sandinista en un acto proselitista desde la sede del Poder Electoral.

En el acto, al que se le impidió el acceso a un equipo de Efe y a otros medios nicaragüenses, y que fue transmitido por canales de televisión identificados con el oficialismo, Ortega dijo que eligió a su esposa como su compañera de fórmula porque había que “ser consecuente”. Agregó que la primera dama, quien también es coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía y ejerce el 50% del poder de Nicaragua -una decisión que el mandatario ha hecho pública-, aspira a la Vicepresidencia “en representación de las mujeres nicaragüenses”.

La inscripción de la fórmula presidencial de la Alianza Unida, Nicaragua Triunfa, encabezada por el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y que incluye a pequeños partidos, se da cuatro días después de que la Junta Directiva del Parlamento, controlada por el oficialismo, ratificara una resolución del Poder Electoral de destituir a la mayoría de diputados opositores.

¿puesta en escena? Los diputados removidos por la autoridad electoral son los mismos que encabezan la principal coalición opositora y que, afectados por una serie de fallos judiciales que los dejaron sin partido, decidieron no participar en los comicios de noviembre, que califican de “farsa”. Los legisladores expulsados el viernes pasado pertenecen a la Coalición Nacional por la Democracia que desde 2015 protesta en las calles todos los miércoles para exigir elecciones libres, transparentes, incluyentes y con presencia de observadores.

Los legisladores, entre ellos el coordinador de la principal coalición opositora Eduardo Montealegre, fueron destituidos de sus escaños por una resolución del Consejo Supremo Electoral (CSE) a petición del nuevo representante del Partido Liberal Independiente (PLI), el señalado pro oficialista Pedro Reyes, que fue acatada por la directiva legislativa, controlada por el sandinismo.

La nominación de Murillo ha sido criticada por quienes consideran el nepotismo un mal de la dictadura de los Somoza. Murillo apoyó a Ortega cuando Zoilamérica Narváez, hija de la primera dama e hijastra del mandatario, acusó al líder sandinista en marzo de 1998 ante un tribunal de Managua de someterla a abusos sexuales y diversas agresiones físicas y psicológicas desde 1979, un caso que fue archivado por la Justicia.

El presidente tiene ocho hijos -seis varones y dos mujeres- con la poetisa Murillo, quien además ha sido su jefa de campaña en las últimas elecciones y principal portavoz como titular del Consejo de Comunicación. Uno de sus descendientes, Laureano, es asesor de la agencia oficial de promoción de inversiones y exportaciones de Nicaragua, ProNicaragua, y otros de sus hijos lo acompañan en giras oficiales al extranjero como asesores.

El mandatario sandinista disputará la Presidencia el 6 de noviembre próximo frente a cinco candidatos de pequeños partidos de la oposición. Nicaragua elegirá ese día a un nuevo presidente, vicepresidente, 90 diputados ante la Asamblea Nacional y 20 representantes ante el Parlamento Centroamericano. - Efe