Londres - El asesinato de la diputada laborista Jo Cox se ha producido en la recta final previa al crucial referendo del día 23, cuando los británicos decidirán si quieren continuar dentro del bloque de los Veintiocho o, por el contrario, desean desligarse de la Unión Europea, la opción del Brexit. Tanto el campo partidario de abandonar la UE (Vote Leave) como el sector pro continuidad (Remain) mantenían ayer en suspenso sus programas en señal de respeto, al tiempo que un nuevo sondeo daba un vuelco a la situación poniendo por delante la opción de la continuidad.
Según se desprende de la encuesta elaborada por la firma BMG para el diario escocés The Herald, un 46% de los votantes respaldaría ahora la Unión frente a un 43% que aboga por la marcha británica del club comunitario, en tanto que un 11% de los votantes sigue indeciso o no quiere pronunciarse.
Excluyendo a este último grupo, según estos datos, se deduce que un 52% de votantes estaría a favor de permanecer en la Unión Europea frente a un 48% sería partidario del Brexit.
La encuesta fue realizada entre el 10 y el 15 de junio, antes del tiroteo contra la diputada, y sugeriría, según el director de investigación de BMG, Michael Turner, que “aunque podría haber un giro importante hacia un voto por la salida de la Unión Europea (UE), el grupo por la permanencia continúa estando muy por delante”. En un momento en el que aumenta el nerviosismo por el desenlace de la consulta, que el primer ministro, David Cameron, prometió si ganaba con mayoría las pasadas elecciones generales de 2015 para complacer al sector más euroescéptico del partido tory (conservador), el asesinato de Cox ha generado un nuevo debate sobre la forma de hacer política en este país.
En este sentido, el ex primer ministro laborista Gordon Brown pide, en un artículo publicado ayer en el diario The Guardian, una nueva “cultura del respeto” con la que “desafiar los prejuicios y la intolerancia”.
Brown reprochó a algunos partidarios de Vote Leave (favorables al Brexit) haber “secuestrado” el debate del referendo y haberlo convertido en un voto sobre materia de inmigración, uno de los puntos más espinosos. Lamentó que el debate sobre el plebiscito, que ahonda sobre “en qué Reino Unido estamos y qué aspiramos a ser”, se ha virado para forzar un voto sobre inmigración e inmigrantes.- Efe