BERLÍN. El hombre que ha matado esta madrugada a una persona y ha herido a otras tres en una estación de tren próxima a Múnich tenía problemas de salud mental, según las últimas informaciones facilitadas por las autoridades de Baviera, lo que desmontaría la hipótesis inicial de que se trataba de un ataque llevado a cabo por motivos políticos.

Según las primeras estimaciones, el agresor, un joven de 27 años natural de Hessen e identificado como Paul H., había apuñalado a cuatro personas al grito de 'Alá es grande' en la estación de tren de Grafing, en el distrito de Ebersberg, situado al este de Munich, lo que indicaba una posible intención política.

Sin embargo, las autoridades creen ahora que los hechos están motivados por un posible trastorno mental que se habría unido al consumo de drogas, según ha informado el ministro del Interior de Baviera, Joachim Herrmann. El atacante, que llegó al lugar de los hechos descalzo y podría haber actuado bajo el efecto de estupefacientes, ya había llamado la atención de la Policía en otro estado por su apariencia y comportamiento.

El ataque, que ha tenido lugar a las 4.50 horas del martes, ha dejado tres personas heridas y un fallecido de 56 años, de Wasserburg, que ha muerto en el hospital poco después de ser trasladado. El atacante asestó varias puñaladas a un hombre dentro del tren, que se encontraba parado, y luego atacó a dos ciclistas que se encontraban en el andén, según las primeras estimaciones de la Policía, que ha establecido que "la estación es el lugar de un crimen y, por lo tanto, deber ser analizada".

El atacante, que utilizó un cuchillo con una hoja de diez centímetros y fue detenido después de que el conductor del tren le golpeara con un extintor, explicó que había consumido drogas "de forma masiva" el pasado fin de semana y que era un asiduo consumidor de estupefacientes.

La Policía Criminal, que ha encontrado restos de drogas en un contenedor cercano al lugar de los hechos, ha comenzado las investigaciones para esclarecer los detalles de un ataque que ha dejado horrorizada a la población. "La idea de que la gente vaya tranquilamente una mañana a la estación y suceda algo así es terrible", ha aseverado la alcaldesa de Grafing, Angelika Obermayr. "Hay que agradecer la rapidez con la que han reaccionado médicos, bomberos y policías", ha añadido.

La zona ha sido acordonada, los trenes desviados y el servicio de la línea de Cercanías número 4 ha quedado suspendido. Las víctimas han sido trasladadas a los hospitales de Munich y Burnau y se encuentran estables.