NUEVA YORK. "Es incomprensible que, según las circunstancias descritas (en el informe de la investigación), el Ejército estadounidense no suspendiera el ataque", afirmó en un comunicado la presidenta de MSF, Meinie Nicolai, en un comunicado fechado en Nueva York.
El Pentágono afirmó hoy que el bombardeo al hospital de Kunduz en octubre de 2015 no es un crimen de guerra porque "no fue deliberado", y confirmó sanciones leves a 16 militares, al presentar la investigación oficial del ataque que dejó 42 muertos.
Para Médicos sin Fronteras, esas sanciones "administrativas" no se corresponden con la proporción de la "destrucción" causada en su centro hospitalario, donde murieron 24 pacientes, 14 miembros de la organización y 4 vigilantes.
"La poca contundencia (de Estados Unidos) a la hora de rendir cuentas envía una señal preocupante y es poco probable que sirva para disuadir de futuras violaciones a las normas de la guerra", advirtió la organización.
El general Joseph Votel, que dirige el Comando Central a cargo de las operaciones en Oriente Medio, dijo al presentar los resultados de la investigación que el ataque al hospital "fue consecuencia de una combinación de errores humanos y técnicos".
"Vamos a tomarnos el tiempo necesario para estudiar el informe para determinar si la versión que ofrece responde o no a las muchas preguntas que siguen pendientes siete meses después del ataque", añadió Médicos sin Fronteras.
La investigación se centró en los motivos por los que el avión AC-130 realizó diversos ataques aéreos sobre el hospital, pese a los llamamientos de la ONG a funcionarios estadounidenses en Kabul y Washington para que detuviesen el bombardeo.
De acuerdo con el informe, la tripulación del avión con armamento pesado AC-130 confundió el hospital de Médicos sin Fronteras al que estaban disparando con una posición de talibanes que se encontraba a 400 metros.
"Lo descrito hoy es el equivalente a admitir operaciones militares sin control en una zona urbana con gran densidad de población en la que Estados Unidos no cumplieron las normas más básicas de la guerra", afirmó la ONG.
En este sentido, aseguró que reconoce los esfuerzos del Pentágono para investigar lo ocurrido, pero insistió en que "no es suficiente" y lamentó que no se haya permitido una investigación "independiente" e "imparcial".
Finalmente, MSF pidió a todas las parte que reafirmen su compromiso de respetar la inviolabilidad de los centros médicos antes de poder tomar una decisión sobre cuándo volverá a reanudar sus actividades en Kunduz.