Madrid - España elevó ayer su protesta ante Venezuela tras los “intolerables insultos” de Nicolás Maduro al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, al llamar a consultas a su embajador en Caracas, Antonio Pérez Hernández, que supone su retirada temporal del país caribeño.
Es la segunda vez en esta legislatura que el Gobierno de Mariano Rajoy retira a su embajador en Venezuela.
Las relaciones entre España y Venezuela vivieron ayer un episodio más de tensión después de que ayer Maduro llamara a Rajoy “racista, basura corrupta y basura colonialista”, y le volviera a instar a que respete al país latinoamericano.
Horas después de conocerse esas palabras del presidente Maduro, el Ministerio de Asuntos Exteriores convocó en el Palacio de Santa Cruz al embajador venezolano en Madrid, Mario Isea, la quinta vez que lo hace desde diciembre de 2014.
Allí, Isea trasladó, según un comunicado de la embajada de Venezuela en España, que las consideraciones de Maduro remiten a una defensa frente a una “campaña” de “injurias” de partidos de derecha españoles que tratan desacreditar al país latinoamericano, a la que se han unido cargos del Ejecutivo español con declaraciones que “practican la injerencia”. A su parecer, el apoyo de políticos españoles a la Ley de Amnistía promovida por la oposición en la Asamblea Nacional tiene por objetivo “descalificar” a la justicia venezolana, algo que “estimula” a la oposición del país a seguir “la senda de la violencia” con el objetivo de “derrocar a un gobierno democrático”.
El director general para Iberoamérica del Ministerio de Asuntos Exteriores, Pablo Gómez de Olea, trasladó a Isea el rechazo a los “intolerables insultos” de Maduro y lamentó la “actitud impropia” del presidente venezolano. - Efe