Sao Paulo - El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, culpó ayer a la oposición y a medios de comunicación por generar odio durante protestas contra el Gobierno, en una conferencia de prensa con periodistas extranjeros. “Están llevando a Brasil al mismo clima de Venezuela”, dijo Lula da Silva refiriéndose a la polarización política de su vecino del norte. El exmandatario también lamentó que el centrista PMDB buscara romper la coalición de gobierno con la presidenta Dilma Rousseff.
Lula da Silva también arremetió contra el juez Sergio Moro, responsable de los procesos de la Operación Lava Jato, y afirmó que el magistrado es inteligente y competente, “pero fue picado por la mosca azul”, una expresión que se refiere a las personas deslumbradas con el poder.
Asimismo, Lula da Silva pidió exenciones tributarias y otras medidas para revivir a la economía, apostando a una estrategia para resaltar el potencial del mercado interno del país. Lula da Silva aseguró que quería servir como un asesor económico de su sucesora y heredera política, Dilma Rousseff, sin importar el salario o la protección legal de los tribunales inferiores.
El expresidente también expresó su “tristeza” por una eventual ruptura del oficialista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la mayor formación política del país, con el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff.
“Veo con cierta tristeza que el PMDB abandone o se apartarte del Gobierno pero sus ministros no saldrán del Gobierno y Dilma tampoco quiere que ellos salgan”, declaró Lula en la rueda de prensa.
El PMDB, que constituye la columna vertebral de la coalición que apoya a Rousseff, cuenta con siete carteras en el gabinete de la mandataria, así como altos cargos estratégicos en empresas estatales.
Sin embargo, el partido, liderado por el vicepresidente Michel Temer y al que también pertenecen los titulares de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, y del Senado, Renán Calheiros, decidirá hoy martes si permanece o no en el Ejecutivo de Rousseff.
Coalición de gobierno “Va a pasar lo mismo que en 2003: el Gobierno construirá una base parlamentaria con el PMDB y tendremos una especie de coalición sin que la dirección (del partido) esté de acuerdo. No sé si eso es posible pero creo que sí”, agregó Lula. A pesar de respetar la decisión y autonomía interna del PMDB, Lula señaló que la formación debe dejar “explícitos” los motivos de su salida del Gobierno en caso de que se produzca, tal y como pronostican los analistas.
“¿Es por la política económica? Entonces tienen que decir eso. Si es por cosas específicas, hay partes en las que podemos llegar a un acuerdo. Sé que a nadie le gusta apoyar a un Gobierno cuando no está bien en la opinión pública”, manifestó Lula, que fue designado por Rousseff como ministro de la relevante cartera de la Presidencia.
No obstante, su nombramiento como ministro está en manos de la Corte Suprema después de que una serie de sentencias cautelares suspendieran su posesión en el cargo, motivadas por las investigaciones por corrupción en la petrolera estatal Petrobras que vinculan a Lula al caso.
“Para algunos es mejor fortalecer al Gobierno. Ésa es la obligación del (gobernante) Partido de los Trabajadores. El PMDB no es un partido único y tiene varios pensamientos. Voy a conversar con muchas personas, inclusive con Temer para saber cuál es la razón” (de un posible el desembarco del Ejecutivo), subrayó Lula.
Rousseff se enfrenta procedimientos de un juicio político en el Congreso y el mayor socio en su coalición oficialista abandonaría el Gobierno esta semana, incrementando las probabilidades de que sea separada de la Presidencia. En un esfuerzo para evitar el impeachment, Rousseff designó a Lula da Silva como su jefe de Gabinete este mes. La decisión generó protestas y críticas de sus oponentes, que lo vieron como un esfuerzo para protegerlo de investigaciones judiciales. El Tribunal Federal Supremo suspendió la designación de Lula y el pleno de la corte considerará el caso mañana miércoles. - DNA/Efe