MADRID. Este jueves, 24 de marzo, se cumple el primer aniversario del accidente de la compañía aérea alemana Germanwings en los Alpes franceses en el que murieron un total de 150 personas (45 españoles) y en el que tras las investigaciones se ha concluido que el copiloto Andreas Lubitz estrelló deliberadamente el avión.
El vuelo 9525 de la compañía aérea alemana partió a las diez horas del aeropuerto de Barcelona con un piloto, un copiloto, cuatro miembros de tripulación de 144 pasajeros a bordo. Unos 40 minutos después se producía el impacto.
La Oficina de Investigación y Análisis francesa (BEA) concluyó recientemente en su informe final sobre la tragedia que, "de forma definitiva", el copiloto Andreas Lubitz estrelló el aparato voluntariamente contra los Alpes franceses.
Lubitz, que sufría depresión, modificó intencionadamente los ajustes del piloto automático para que el aparato descendiera y no respondió ni a las llamadas de los controladores ni a los golpes en la puerta de la cabina.
En ese documento, la BEA pide, entre otras cosas, que se exija un seguimiento médico a los pilotos con antecedentes psicológicos o psiquiátricos y que se alcance un "mejor equilibrio" entre el mantenimiento del secreto médico y la seguridad pública.
TRASTORNO DEPRESIVO PSICÓTICO NO CONTROLADO.
El informe explica la evolución médica de Lubitz, que en diciembre de 2014 empezó a mostrar síntomas de un episodio depresivo psicótico. El copiloto alemán consultó a varios médicos y un psiquiatra que le recetó medicación antidepresiva pero "no contactó con ningún examinador médico aeronáutico".
Lubitz había sido diagnosticado tan sólo un mes antes del suicidio de un trastorno psicosomático y de ansiedad y, finalmente, el 10 de marzo un psiquiatra recomendó un tratamiento psiquiátrico hospitalario. Un médico privado recomendó su internamiento en un hospital psiquiátrico del piloto alemán dos semanas antes de que estrellara el A320 de Germanwings.
"En el día del accidente, el copiloto no debería haber volado debido a las recomendaciones de su doctor. Si hubiera seguido el reglamento, él mismo debería haberse declarado no competente y pedir el relevo", explicó el investigador jefe de la BAE, Arnaud Desjardin.
Los fiscales han hallado pruebas de que Lubitz, que también padecía problemas de visión y temía perder su empleo, había investigado métodos de suicidio y ocultado su enfermedad a sus superiores.
SOLICITAN CAMBIOS LEGISLATIVOS.
La investigación determina que ningún profesional contactó con las autoridades de aviación pertinentes para tratar de alertar sobre el estado mental de Lubitz y recuerdan que, ya que los certificados de baja por enfermedad no fueron remitidos a Germanwings en su totalidad.
Las recomendaciones de la institución dirigidas a la Agencia Europea de Seguridad Aérea (AESA) sugieren que se realicen "análisis de rutina de incapacitación de vuelos" y que se tomen medidas para eliminar el miedo a perder su empleo que afrontan muchos pilotos.
Por su parte la Asociación de afectados del vuelo ha pedido cambios legislativos a las instituciones públicas para salvaguardar la seguridad de los pasajeros y que no se prime la privacidad de un individuo en perjuicio de la "seguridad global".
La asociación ha señalado que el informe de la BEA acredita que el sistema que hasta ahora estaba en funcionamiento ha fallado "enormemente", y han insistido en que las instituciones públicas y privadas tienen la obligación de velar por la seguridad de todos los ciudadanos.
El grupo de expertos creado tras el siniestro del vuelo de Germanwings en los Alpes franceses recomienda una vigilancia más estrecha de la salud de los pilotos de las compañías aéreas europeas, además de confirmar su apoyo al principio de que haya siempre dos miembros de la tripulación en la cabina, por razones de seguridad.
TEST ALEATORIOS Y MAYOR CONTROL EN CERTIFICACIONES MÉDICAS.
El Gobierno alemán implantará controles aleatorios a los pilotos de aviones comerciales para detectar el consumo de drogas, alcohol o medicamentos con el objetivo de evitar tragedias como la de Germanwings.
La Asociación de Usuarios, Empresarios y Profesionales del Transporte Aéreo (Asetra) ha reclamado la creación de departamentos de medicina aeronáutica en las compañías aéreas, mientras que Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (Copac) considera necesario un mayor control por parte de las autoridades aeronáuticas a nivel europeo y corregir los procedimientos de certificación médica para el personal de vuelo, así como programas de apoyo.
El Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla) ha pedido que se implanten en el seno de las compañías medidas de apoyo a los pilotos que hayan manifestado problemas de salud mental, que se basen en protocolos de actuación "más proactivos". Advierte de que la implementación de algunas recomendaciones podría provocar un problema mayor que el que se pretende evitar, ya podría inhibir al paciente de informar a los médicos de su verdadero estado de salud, "ocultando información imprescindible para su diagnóstico".