Bruselas - La capital de Bélgica se ha convertido en uno de los principales puntos negros del terrorismo en el continente europeo. Tres de los autores de la masacre de París tenían vínculos con Bruselas, concretamente con el conflictivo barrio de Molenbeek: los hermanos Abdeslam (Brahim, que se inmoló en la Rue Voltaire, y Salah, capturado el pasado viernes), y Bilal Hadfi, el suicida del Estadio de Francia. También el cerebro de aquella operación, Abdelhamid Abaaoud, muerto a manos de la policía francesa el pasado noviembre. Todos ellos habían luchado con el Estado Islámico en Siria o Irak. Los problemas de identidad como inmigrantes de segunda o tercera generación se encuentran en la base de la radicalización de muchos de estos islamistas.
Varias operaciones yihadistas de los dos últimos años tienen su origen aquí: los atentados contra el semanario Charlie Hebdo y un supermercado judío en Francia fueron cometidos con armas compradas en Bruselas, igual que el ataque del tren Thalys de agosto de 2015. En esta ciudad tuvo lugar también en 2014 el atentado contra el Museo Judío, perpetrado por un francés regresado de Siria.
La división administrativa facilita la preparación de atentados. Tan sólo en Bruselas hay seis departamentos de policía diferentes, que cubren 19 distritos con 19 alcaldes. La comunidad musulmana está demasiado fragmentada como para contrarrestar de forma efectiva la radicalización de algunos de sus miembros. También la presencia de las instituciones europeas es también uno de los motivos para poner a Bruselas en el punto de mira. - DNA