Austin (EEUU). El uniformado, identificado como Ken Johnson, fue recluido en la cárcel del condado de Dallas.
Según las autoridades, el domingo por la noche Johnson sorprendió a dos adolescentes tratando de robar un vehículo en el complejo de apartamentos en el que reside el uniformado.
Johnson, que estaba fuera de servicio, se enfrentó a ellos, que huyeron con el vehículo en el que habían llegado.
Entonces, el agente decidió perseguirles con su vehículo personal, una práctica que está fuera del reglamento tal y como reconoció el jefe de la Policía de Farmers Branch, Sid Fuller.
Tras unos minutos, Johnson colisionó con los adolescentes, que perdieron el control de su vehículo, y después les disparó a los dos.
José Cruz, de 16 años, murió en el acto por el impacto de dos disparos, mientras que el otro joven, Édgar Rodríguez, fue intervenido por heridas de bala en la cabeza y los médicos esperan que sobreviva.
Cruz y Rodríguez eran compañeros de clase en el instituto y se desconoce si iban armados en el momento del suceso.
El abogado del uniformado, Chris Livingston, dijo que su cliente usó el arma "porque temía por su vida y sintió que estaba justificado".
Aunque el de Cruz es uno más de los múltiples casos ocurridos en Estados Unidos de muertes de latinos y afroamericanos a manos de policías, no es habitual que los agentes responsables sean detenidos ni que se les imputen cargos.