Berlín - La canciller de Alemania, Angela Merkel, está decidida a mantener su rumbo en la crisis migratoria en busca de una “solución duradera” para reducir la llegada de refugiados, pese al “duro día” vivido el domingo por sus filas en unos comicios regionales marcados por el avance del populismo derechista. “Hemos avanzado en la búsqueda de soluciones, pero no tenemos aún una solución duradera”, admitió en su primera comparecencia ante los medios tras los comicios regionales del domingo, donde su gran coalición entre conservadores y socialdemócratas sufrió una fuerte caída de votos.
El cierre de fronteras en la llamada ruta de los Balcanes ha derivado en una “clara reducción” en la llegada de refugiados, tanto a Alemania como a Grecia, dijo la canciller y líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU). Señaló, sin embargo, que esa situación no puede entenderse como una solución “duradera”, ya que “el objetivo de los 28 es restablecer Schengen”, lo que no significa que Macedonia mantenga ese cierre con Grecia, sino que Grecia “asegure las fronteras exteriores”, añadió Merkel, custodiada por sus líderes de los estados federados en Sajonia-Anhalt, Baden-Württemberg y Renania Palatinado, representantes ayer de tres versiones distintas del “duro día” que vivió su partido el domingo.
Los resultados de esas regionales suponen un terremoto político para el país, con la populista Alternativa para Alemania (AfD) convertida en tercera o incluso segunda fuerza y las formaciones hasta ahora establecidas incapacitadas para mantener las coaliciones con las que gobernaron.
El único de los tres líderes de la CDU que logró su objetivo, mantener a su formación como primera fuerza, fue Reiner Haseloff, de Sajonia-Anhalt, pero a cambio ese land dio a la AfD el mayor éxito electoral, al otorgarle el 24 % de los votos. La CDU de Haseloff obtuvo un 29,8 % -una pérdida moderada de 2,7 puntos-, pero no podrá reeditar su gran coalición con el Partido Socialdemócrata (SPD), que perdió cerca de once puntos para quedar en 10,6 %.
En Baden-Württemberg, la CDU perdió la posición de primera fuerza que tuvo durante décadas, y el líder de los Verdes y actual primer ministro, Winfried Kretschmann, tampoco podrá repetir su alianza con el SPD, que perdió otros diez puntos en ese land.
En el tercer Land en liza, Renania-Palatinado, la aspirante vicepresidenta de la CDU, Julia Klöckner, no logró el objetivo de imponerse sobre la primera ministra, Malu Dreyer, del SPD, pero ésta también está necesitada de buscarse un nuevo socio, ya que su actual alianza con los Verdes no obtuvo la mayoría necesaria.
Los únicos que ayer podían festejar y por partida triple eran los representantes del nuevo populismo de derechas, la AfD, formación surgida en 2013 como partido euroescéptico, que a raíz de la crisis migratoria ha adoptado tintes xenófobas hasta aglutinar el voto de protesta contra la llegada de refugiados. En una multitudinaria rueda de prensa, sus líderes subrayaron su triunfo por encima, dijeron, de la “propaganda” en contra y de haber sido “increíblemente estigmatizados”.
“Alemania ha elegido y creemos que es un buen día para la democracia”, afirmó la copresidenta del partido Frauke Petry, con la mirada en las generales de 2017, donde su formación aspira a lograr los escaños que no obtuvo en 2013 al quedar en 4,6 %, unas décimas por debajo del mínimo del 5 %. - Efe