Damasco/Beirut - El sonido de los bombardeos y el disparo de proyectiles de mortero no se apagó completamente ayer en las dos principales ciudades sirias, Damasco y Alepo, ya que se registraron algunas violaciones a la tregua que arrancó durante la madrugada y que los ciudadanos observan escépticos. Después del mediodía, varios cohetes impactaron en la plaza de los Abasíes, en el corazón damasceno, sin que las Fuerzas Armadas respondieran a los grupos que los lanzaron desde los bastiones opositores de Duma y Yobar, en el extrarradio. Ese no fue el único ataque ocurrido durante la jornada. No obstante, Damasco amaneció ayer sin el ruido “habitual” de los cohetes.
El empresario Mohiedin Mohamed, de 41 años, tiene pocas esperanzas de que el cese de las hostilidades progrese. “Después de cinco años de asesinatos, dificultades económicas e intentos similares fallidos, no creo que esta vez vaya a funcionar”, auguró en declaraciones a Efe, mientras se fumaba una pipa de agua en un café de Damasco. Recordó que las autoridades han estado esperando sin respuesta a que Jordania les aclarara cuáles son los grupos que van a ser clasificados como terroristas ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: “No parece que lo vaya a anunciar pronto, así que cómo vamos a interpretar esta tregua sobre el terreno”, reflexionó.
“Me temo que esto va a ser una pérdida de tiempo a expensas de los sirios”, lamentó incrédulo Mohamed. En las calles de la capital siria apenas se notaba entre la población algún cambio de comportamiento, ya que la gente prosiguió con sus rutinas diarias, que tampoco suele alterar en las jornadas de más violencia. Incluso en los días con más ataques, los ciudadanos han vuelto a salir a la calle media hora después de los mismos.
La ingeniera Samira Ahmad, de 32 años, es más optimista que Mohamed respecto a la tregua. “Podría ser el comienzo de una salida positiva (al conflicto). Por fin hay un entendimiento entre Rusia y Estados Unidos después de años de enfoques variados. Ahora los dos se han sentado y han acordado una línea conjunta”, indicó Ahmad, que se dirigía a un hospital para ver a una amiga herida en un atentado la semana pasada. Ahmad se refería al acuerdo entre Washington y Moscú para el cese de las hostilidades en Siria, que primero fue alcanzado por las dos potencias antes de que el Gobierno sirio y la oposición lo aceptaran.
En Alepo Un ambiente similar al que se respiraba en Damasco se encontraba en la mayor urbe del norte del país, Alepo, antaño la capital económica de Siria y ahora devastada por los enfrentamientos y bombardeos. Esta localidad está actualmente divida en barrios en manos de las autoridades y otros controlados por la oposición.
Desde los distritos opositores de Alepo, el activista Mohamed al Heddi explicó que la “situación es buena hoy, no hay ningún avión sobrevolando la ciudad”. No obstante, los vecinos de Alepo vivieron la jornada como otra cualquiera. “No hay mucha diferencia, lo único es que hay más seguridad, se ve un poco más de gente por la calle, pero tampoco mucha más, supongo que si la tregua sigue y se respeta mañana o pasado saldrán más”, predijo. El portavoz del Consejo de la Provincia de Alepo Libre, Abu Zaer al Halabi, subrayó por vía telefónica que su organismo, que se encarga de la administración de las zonas en poder de la oposición en la provincia, no había constatado ninguna violación al alto el fuego. Sin embargo, “hay una calma tensa”, remarcó Al Halabi, quien señaló que no se ven rebeldes en las calles de la población porque siguen desplegados en los frente de batalla.
Pese a que Al Halabi apuntó que ayer no se registraron violaciones a la tregua en Alepo, la principal alianza política de la oposición, la Coalición Nacional Siria (CNFROS), denunció el lanzamiento de seis barriles de explosivos por helicópteros gubernamentales en el distrito de Beni Zeid en esa población. Asimismo, al menos nueve civiles murieron por ataques “terroristas” contra zonas bajo control gubernamental en el centro y el noreste del país. Una fuente del Gobierno de la provincia central de Hama precisó a la agencia Sana que un suicida detonó a primera hora de la mañana un coche bomba en la entrada oriental de la localidad de Salmiya, lo que causó la muerte de dos personas y heridas a otras cuatro.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos atribuyó este atentado a la organización Estado Islámico. Poco después de ese ataque, otro suicida hizo estallar una motocicleta cargada con explosivos en uno de los accesos al pueblo de Al Tiba, en la periferia este de Salmiya, donde al menos cuatro personas perdieron la vida, indicó Sana. La fuente destacó que hubo, además, una tercera explosión de un artefacto, que ocasionó heridas a un civil en la carretera que une Salmiya con la urbe de Kneifes.
Por otro lado, Sana apuntó que al menos tres menores de edad perecieron y otras doce personas fueron heridas por el impacto de diez proyectiles de mortero por parte del EI contra los barrios de Al Yura y Al Qusur, en manos de las autoridades en la ciudad de Deir al Zur, en el noreste del país. El EI y el Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda, están excluidos del alto el fuego. Sea como fuere, todavía es pronto para vislumbrar cómo evolucionará esta tregua, que puede suponer una oportunidad para los sirios de volver a una vida sin violencia.