BRUSELAS - Los ministros de Interior de la Unión Europea discutirán hoy la necesidad de coordinarse mejor y diseñar nuevas acciones ante el riesgo de una crisis humanitaria en la ruta de los Balcanes, por la que transitan los refugiados desde Grecia en su intento por llegar a Alemania.
La reunión estará marcada por las tensiones con Austria por su límite diario a la entrada de refugiados y por dejar a Atenas al margen de una reunión con los países de la región. También se añade la polémica por el anuncio del Gobierno de Víktor Orban de un referéndum para decidir si Hungría acepta o no las cuotas de acogida del plan europeo para reubicar demandantes de asilo.
Las llamadas reiteradas del presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, y del jefe del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, a la unidad y contra acciones unilaterales de los Estados miembros, no han logrado por el momento que Viena se replantee su decisión de limitar la entrada de refugiados, pese a que Bruselas ha avisado de que es una medida ilegal.
Otra de las claves de la reunión será el almuerzo programado de los Veintiocho con un alto funcionario de Ankara para preparar la cumbre del próximo 7 de marzo entre la UE y Turquía, además de para examinar las posibilidades de un plan “voluntario” para reubicar refugiados desde Turquía a los Estados miembros que se muestren dispuestos a acogerlos.
La UE ha prometido un ayuda de 3.000 millones de euros a Turquía, a cambio de que este país refuerce su atención a los refugiados que recibe y cierre el paso de los inmigrantes a la Unión Europea, pero las cifras de entradas irregulares “sigue siendo muy alta”, según advirtieron fuentes diplomáticas.
La reunión comenzará en formato reducido con un desayuno informal en el que, además de la Comisión Europea y la Agencia de Naciones Unidas para el Refugiado (ACNUR), habrá representantes de los países de la ruta de los Balcanes: Alemania, Austria, Eslovenia, Croacia, Serbia, Antigua República de Macedonia y Grecia.
Viena albergó la víspera una reunión similar, pero a la que no fueron invitados ningún representante griego y ni de las instituciones europeas, lo que ha tensado las relaciones entre los países que forman parte de la Unión Europea.
El propio primer ministro griego, Alexis Tsipras, telefoneó a la canciller alemana, Angela Merkel, cuyo país tampoco participó en el encuentro de Viena, para expresar su descontento y considerar “inaceptable” una estrategia al margen de la UE. - E.P.