MADRID. Unas 470.000 personas han muerto en los casi cinco años de guerra civil en Siria, según un informe publicado este jueves por el think-tank Syrian Center for Policy Research, en el que se analiza las consecuencias que el conflicto ha tenido en el plano social y económico para el país.
Según el informe 'Confrontando la fragmentación', unas 470 personas han muerto mientras que la esperanza de vida ha quedado reducida a 55,4 años, mientras que en 2010 era de 70,5 años. En concreto, el texto señala que "el 11,5 por ciento de la población de Siria han muerto o ha resultado herida por el conflicto armado".
Siria ha visto en estos cinco años como su población pasaba de 21,8 millones de habitantes en 2010, a 20,21 millones en 2015, cuando para esa fecha se preveía que fuera de 25,59 millones. En este tiempo, según los datos recabados por este think-tank, 3,11 millones de sirios se habían refugiado en otros países mientras que 1,17 millones emigraron en busca de trabajo y una vida mejor.
Entre los que se quedaron en el país, hay unos 6,36 millones de desplazados internos, mientras que 13,8 millones perdieron sus trabajos y con ello su fuente de ingresos durante el conflicto. Actualmente, Siria tiene una tasa de paro del 52,9 por ciento.
La consecuencia de esta destrucción de empleos y de la inseguridad ha sido que el 85,2 por ciento de la población se encontrara en situación de pobreza a finales de 2015, mientras que el 69,3 por ciento están en extrema pobreza, lo que significa que son incapaces de cubrir sus necesidades alimentarias básicas.
Otra de las consecuencia de la guerra es que la tasa de escolarización ha caído drásticamente hasta el 45,2 por ciento. Según los datos de 2014 recogidos en el informe, el 35 por ciento de los que no van a la escuela lo hacen por el temor de sus padres por su seguridad, el 21 por ciento por problemas financieros y porque tienen que trabajar para ayudar a sus familias, y el 19 por ciento porque sus escuelas fueron destruidas o dejaron de funcionar.