parís - El ultraderechista Frente Nacional (FN), primera fuerza política de Francia con un 27,73 % de votos en la primera ronda de las elecciones regionales, fundamenta su histórico resultado en la fidelización de votantes jóvenes, hombres y obreros, aunque tiene escaso predicamento entre los mayores de 65 años. Solo un 20 % de los mayores de 60 años, según un sondeo de Harris Interactive, eligieron el pasado domingo la papeleta del FN, frente al 35 % de los jóvenes entre 18 y 24 años y el 28 % de los que se sitúan en una franja de edad entre los 25 y los 34 años. “Los jubilados son uno de los grandes desafíos de Marine Le Pen para futuras elecciones”, explica el investigador de la Universidad de Niza y politólogo experto en extrema derecha Gilles Ivaldi, quien mantiene que el FN necesita ampliar su espectro de votos para consolidarse como alternativa, más allá de los 6.018.672 sufragios cosechados el pasado domingo.
Según Ivaldi, la menor adscripción entre los mayores a las tesis de la ultraderecha se debe, en parte, al “programa económico del FN”, pues a los jubilados “les preocupa la salida del euro”. Responde también a una cuestión relacionada con el “patrimonio” acumulado entre esa franja de edad y a la “práctica religiosa”, más arraigada entre los mayores, que buscan el voto de la derecha tradicional católica.
La bolsa de votos del Frente Nacional en la primera vuelta de las regionales es comparable a los 6,4 millones de electores que el FN obtuvo en las elecciones presidenciales de 2012, los primeros grandes comicios celebrados en Francia desde que Marine Le Pen había tomado las riendas del partido en 2011 y en los que obtuvo un notable 17,9% de apoyos.
Sin embargo, el perfil de su votante sigue anclado en las mismas categorías socioeconómicas y en los mismos grupos de edad. Votan a la ultraderecha francesa el 31% de los hombres (frente al 23% de las mujeres), el 35% de los jóvenes entre 18 y 24 años y un 43% de los obreros, según un estudio de Ipsos para France Télévisions. “Todavía hay un perfil muy marcado”, agrega Ivaldi, quien subraya que si el partido de Le Pen no tiene problemas para seducir a las “categorías sociales más bajas y obreros”, presenta una evidente “dificultad para penetrar en las clases medias y medias superiores”, así como entre las “profesiones intermedias”. Le Pen, que el pasado domingo demostró que ha extendido las siglas del FN por toda la geografía francesa, necesita introducirse en otras franjas de edad y en otros perfiles para seguir creciendo, porque “los obreros representan poco en el cuerpo electoral” en cuanto a “número de votos”, añade el politólogo.
Entre los más jóvenes, se identifican más fácilmente con el espectro de voto del Frente Nacional quienes tienen “pocos estudios” y sufren de situaciones de “paro y precariedad”.