Ginebra - En Grecia y en los países de destino de los refugiados es donde las mujeres y los niños sufren mayor riesgo de ser explotados. Unicef está llevando a cabo dos investigaciones separadas para determinar qué debe hacerse para protegerlos de posibles abusos. “Estamos finalizando las investigaciones, pero hemos detectado que la exposición al abuso es mayor cuando están a la espera de poder cruzar hacia el continente o cuando llegan a los grandes centros de acogida en Alemania o Austria”, indicó Marie-Pierre Poirier, coordinadora especial de Unicef para la crisis de refugiados en Europa.

La experta no dio datos concretos de abusos, pero indicó que ha habido varias denuncias en distintos lugares y sus funcionarios han podido detectar casos de alta vulnerabilidad, lo que abre la puerta a la explotación. “Las personas que llegan a las islas griegas y están esperando para ir al continente saben que necesitarán dinero para pagar las distintas fases del viaje. Si no tienen se exponen a abusos de cualquier tipo, a los que son especialmente vulnerables mujeres y niños”. Con respecto a los países de acogida, el riesgo surge en los centros donde residen durante meses mientras no se resuelve su situación administrativa. “Mientras están en tránsito es más difícil porque están en constante movimiento”, aclaró. Es por ello que Unicef trabaja con las autoridades de dichos países, a las que recomendará implementar varias acciones para prevenir que el abuso ocurra.

Entre ellas destaca que haya baños separados para mujeres y hombres en los centros de recepción, que haya luz 24 horas al día y que haya permanentemente personal de seguridad. En Grecia, además, Unicef planea hacer más hincapié en la necesidad de mejorar las instalaciones de agua y saneamiento, e incrementar la atención médica, especialmente a los bebés, extremadamente vulnerables con la llegada del invierno.

Precisamente, el número de menores que alcanzan Europa huyendo de conflictos ha aumentado en las últimas semanas. Una de cada tres personas registradas en la frontera entre Grecia y Macedonia en octubre era menor de edad. Asimismo, el número de niños no acompañados registrados en el mes de octubre dobló las cifras de septiembre, aunque Unicef alertó de que la mayoría de menores de edad mienten y dicen que son adultos para poder proseguir con su trayecto sin ser registrados como tales por las autoridades, por lo que los datos reales de adolescentes que viajan sin progenitores es mucho mayor. “Lo más triste es que los menores de edad mienten por miedo a quedar aislados en un centro hasta que se resuelva su caso”, afirmó la experta.

Poirier pasó una semana recorriendo el trayecto que realizan los refugiados tras abandonar Grecia, que los lleva por Macedonia, Serbia y Croacia antes de llegar a Austria o Alemania pasando por Eslovenia o Hungría. Una vez en el continente, los refugiados intentan hacer el trayecto lo más rápido posible porque temen que en cualquier momento las fronteras se cierren. - Efe