Jerusalén - La Explanada de las Mezquitas de Jerusalén volvió a ser ayer escenario de tensión entre fuerzas de seguridad israelíes y manifestantes palestinos, decenas de los cuales resultaron heridos, horas antes del inicio del Año Nuevo judío.

Los hechos se produjeron al despuntar el día, cuando efectivos antidisturbios de la Policía israelí irrumpían en el recinto sagrado y eran recibidos con piedras, bengalas y fuegos de artificio lanzados por grupos de palestinos que se habían atrincherado en la mezquita de Al Aqsa, tercera en la jerarquía islámica.

Las fuerzas israelíes respondieron con gases lacrimógenos, granadas de estruendo y balas recubiertas de caucho -según testigos-, provocando al menos un centenar de heridos, en su mayoría con síntomas de asfixia, señalaron fuentes médicas palestinas. La Media Luna Roja (equivalente a la Cruz Roja), cifró en al menos 110 las personas que requirieron asistencia médica como consecuencia de la entrada de las fuerzas policiales israelíes en la Explanada de las Mezquitas, ubicada en Jerusalén este, territorio ocupado por Israel en 1967.

Amin Abu Ghazaleh, responsable de ambulancias de ese organismo, precisó que 20 heridos fueron trasladados a un hospital de Jerusalén este, entre ellos tres con lesiones en el pecho y uno en la cabeza.

condena - El presidente palestino, Mahmud Abás, condenó con dureza la irrupción ayer de la Policía israelí en la mezquita de Al Aqsa. A través de su portavoz, Nabil Abu Rudaina, el dirigente palestino denunció el “asalto” israelí “contra la mezquita y los fieles” que se encontraban en su interior, y aseguró que los lugares santos musulmanes y cristianos son una “línea roja que no debe ser traspasada” y que “no permanecerá de brazos cruzados ante estos asaltos”. - Efe