beirut - Un soldado turco murió ayer y otros dos resultaron heridos al ser tiroteados en la frontera de Turquía con Siria, desde el lado del país vecino. El incidente, el primero interfronterizo con el Estado Islámico (EI), tuvo lugar en la provincia de Kilis, fronteriza con una zona dominada por grupos armados de la oposición siria. El incidente se prolongó durante horas al repeler las tropas turcas el tiroteo con fuego de artillería que alcanzó a varios vehículos de los yihadistas y un número indeterminado de bajas.
En este contexto de polvorín, Turquía teme que los yihadistas quieran llevar el conflicto de Siria hasta su país, razón por la que el Estado turco prepara un muro para evitar las infiltraciones desde Siria.
Bajas del EI en Siria Al menos veintidós miembros del grupo terrorista Estado Islámico (EI) murieron en el norte de Siria en bombardeos y combates contra las fuerzas kurdas y el ejército leal al presidente Bachar al Asad, informó ayer el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Sus cadáveres llegaron ayer al hospital de la ciudad de Al Raqa (noreste), capital de la provincia homónima y el principal bastión del EI en el país árabe, agregó la ONG, que no precisó la fecha de sus muertes.
Ocho de ellos perecieron en choques contra efectivos gubernamentales y de las Unidades de Protección del Pueblo -milicias kurdosirias- en la urbe nororiental de Al Hasaka. El resto fallecieron en el norte de la provincia de Al Raqa por los bombardeos de la coalición internacional liderada por Estados Unidos.
Al menos un total de 2.927 miembros del EI han muerto desde el inicio, hace diez meses, de los bombardeos de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, en Siria, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. La ONG señaló que la mayoría de los yihadistas fallecidos eran extranjeros y perecieron en los ataques de la alianza internacional contra objetivos del EI en las provincias septentrionales y centrales de Al Raqa, Deir al Zur, Al Hasaka, Alepo, Homs y Hama.
Entre esas bajas figuran dos importantes dirigentes de la organización, que perdieron la vida el pasado 13 de julio. La ONU desplazó ayer a su enviado especial a Damasco, para tratar de solucionar el conflicto sirio.
Mientras, en Egipto, la reforma del discurso religioso se vislumbra como una de las claves para luchar contra el extremismo islámico, pero esta tarea se le atraganta a las instituciones y jeques musulmanes, incapaces de establecer una línea común en la interpretación del islam.