washington - Cientos de estadounidenses y cubanos verán ondear hoy la bandera cubana en el cielo de Washington frente a la misma embajada que cerró sus puertas hace más de medio siglo. Aunque la mansión de estilo francés perdió el rango de embajada en enero de 1961, tras la ruptura de relaciones diplomáticas, desde 1977 ha funcionado como Sección de Intereses de Cuba en Washington, bajo la protección del Gobierno checoslovaco y después del suizo. La placa que se refiere ahora a Suiza en la entrada del edificio dejará paso a un cartel de “Embajada de Cuba”, a tiempo para la visita de Bruno Rodríguez, el primer canciller cubano que visita oficialmente Washington desde 1959.

La embajada cerró sus puertas en enero de 1961, tras la ruptura de relaciones diplomáticas, y el edificio quedó vacío, aunque protegido por el Gobierno de la entonces Checoslovaquia, elegido por Cuba para representar sus intereses en el país norteamericano. En 1977, Estados Unidos y Cuba llegaron a un acuerdo para abrir secciones de intereses que les otorgarían una presencia diplomática limitada en las respectivas capitales, y el Gobierno cubano reabrió la mansión en la calle 16.

Desde entonces, el Gobierno suizo ha sido el responsable técnico de la Sección cubana, cuya representación es muy inferior a la de Estados Unidos en La Habana -unos ocho diplomáticos cubanos frente a los 50 estadounidenses- y en ambos casos tienen notables restricciones de movimiento.

Los siete jefes que ha tenido la Sección de Intereses cubana en Washington han vivido momentos de tensión política, como la llamada crisis de los balseros en 1994, la disputa en 1999 sobre el destino del balserito cubano Elián González y el progresivo recrudecimiento del embargo económico a la isla desde 1980. La Sección cubana soportó incluso dos intentos de atentado en su edificio en 1978 y 1979, que no causaron grandes daños y de los que se responsabilizaron grupos anticastristas radicales.

La futura embajada cubana está coronada por una enorme cúpula con vidrieras e incluso cuenta con un pequeño bar, bautizado en honor al célebre escritor estadounidense Ernest Hemingway y que únicamente abre su barra en ocasiones selectas, precisamente como la que tendrá lugar hoy. - L.L.