Atenas - Tras la suspensión de las negociaciones con los acreedores hasta después del referéndum, Grecia se centra ahora en los preparativos de la consulta del domingo, mientras se cumple el quinto día de corralito y la preocupación en la calle aumenta. La campaña para este referéndum en el que los griegos deben decidir si aceptan o no la propuesta de los acreedores a cambio del desembolso del rescate, se polariza a medida que se acerca el día de la votación. Los dos principales partidos han elevado el tono de sus mensajes y mientras el gubernamental Syriza llama a respaldar el no para fortalecer la posición del Gobierno frente a los socios, los conservadores de Nueva Democracia instan a marcar la casilla del sí, porque insisten en que lo que está en juego es la permanencia en el euro.
Muchas de las asociaciones de empresarios, sindicatos y los alcaldes de las dos principales ciudades, Atenas y Salónica, Yorgos Kaminis y Yanis Butaris, se han posicionado a favor del Sí. Para ello han lanzado la iniciativa de crear un comité de negociación nacional que incluya a todos los partidos “con el objetivo de negociar una solución que asegure el futuro del país con dignidad y desarrollo”. El primer ministro griego y líder de Syriza, Alexis Tsipras, pidió ayer respeto al proceso democrático y preservar la unidad nacional de cara al referéndum.
“Al día siguiente (de la consulta) todos seremos uno en el esfuerzo de sacar al país de la crisis. Y sin duda la superará preservando la dignidad y la soberanía”, manifestó Tsipras en el Ministerio de Defensa junto a su titular, Panos Kamenos, líder del partido nacionalista Griegos Independientes, el socio del Gobierno. Horas después, en una intervención en la televisión pública, manifestó: “No se debe trasladar a los ciudadanos más alarmismo. Tendremos un acuerdo cuarenta y ocho horas después del referéndum”.
La campaña de Syriza pasa por recalcar que el voto negativo en el referéndum no significa optar por la salida de Grecia del euro, sino que va encaminado a reforzar la posición del Ejecutivo en las negociaciones. En esta línea, el portavoz del Gobierno, Gavriil Sakelaridis, recalcó que una victoria del no permitirá al Ejecutivo volver a la mesa de negociaciones con los acreedores para lograr un acuerdo en mejores condiciones. Sin embargo, la tensión en el seno del Ejecutivo aumenta, pues varios diputados de Griegos Independientes han pedido la retirada del referéndum y la vuelta a las negociaciones.
El ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, por su parte, aseguró en varias entrevistas que si gana el sí dimitirá y no firmará lo que ha calificado como un “acuerdo hipócrita” que no aborda cuestiones claves como la sostenibilidad de la deuda. Además, Varoufakis aseguró ayer que los bancos reabrirán el martes si hay acuerdo entre Grecia y los acreedores. El ministro de Finanzas detalló que la reapertura se llevará a cabo el día 7, pero dijo que será tras llegar a un acuerdo con las instituciones, algo que dio por hecho y calificó de “certeza”.
‘Corralito’ En medio de este clima, el corralito entró ayer en su cuarto día y el ambiente entre la población siguió caldeándose, pues se intensificaron las colas ante los cajeros automáticos ante la incertidumbre de lo que pasará en las próximas jornadas y la situación se colaba en las conversaciones de los griegos. En una parada de autobús, una mujer comentaba que está contenta con el Gobierno, le gusta Tsipras, pero que aún así votará sí el domingo, pues confesaba sentir miedo ante lo que pueda venir. Un joven, a su lado, afirmaba rotundamente que también votará sí para que no se plantee la salida de Grecia del euro, algo que otra mujer negaba argumentando que votar por el no también significa querer permanecer en la moneda común.
El control de capitales está afectando, aunque de forma desigual, a todos los sectores de la economía del país, con el comercio minorista como el mayor perdedor. “El comercio minorista, con excepción de los alimentos y del gasóleo, se ha hundido hasta un 70%”, declaró a Efe Nikos Yeogokostas, responsable de datos estadísticos de la Confederación Nacional de Comercio y Empresas (ESEE). Yergocostas afirmó que según los datos disponibles de los primeros días del corralito, el volumen de negocios semanal del comercio minorista caerá de los 230 millones de euros habituales a los 98 millones de euros.
En medio de esta crítica situación, el Fondo Monetario Internacional (FMI) cifró ayer en 50.000 millones de euros la necesidad de financiación de Grecia entre 2015 y 2018, por lo que incluso con el plan presentado por los acreedores internacionales requeriría 36.000 millones de euros más de los socios europeos. En un análisis publicado ayer, el FMI considera la deuda de Grecia “insostenible” y asegura que la situación ha empeorado desde la llegada al Gobierno de Tsipras, al rebajarse, en opinión del organismo, los objetivos fiscales y ralentizarse la aplicación de reformas estructurales. “Si el programa (de 2012) se hubiera aplicado como se presumía, no habría sido necesaria un mayor alivio de deuda”, asegura la institución financiera internacional.
El informe además reduce las previsiones de crecimiento económico para Grecia este año del 2,5% al 0% y empeora sus perspectivas sobre la deuda que previamente había ubicado en una tendencia a la baja desde el actual 175% del producto interior bruto (PIB) hasta el 128% en 2020, y que ahora ve en el 150% para esa fecha. “Cambios muy significativos en las políticas y la perspectiva desde el inicio del año han provocado un alza sustancial de las necesidades de financiación”, agregó el documento. De seguir con los objetivos del programa, apuntó, “sería necesario una quita de deuda correspondiente al 30% del PIB”.
Las bolsas Mientras, la mayoría de bolsas europeas, menos la londinense, volvieron a cerrar ayer con pérdidas. La única que se salvó de los números rojos fue la de Londres, que subió el 0,33%, mientras que por el contrario, Milán perdió el 1,43%; París, el 0,98%; Fráncfort, el 0,73% y Madrid, el 0,60%. La tendencia negativa de ayer sustituye al ánimo que despertó el miércoles en el mercado la aceptación por parte del Gobierno griego de la mayor parte de las propuestas de ajuste y reformas que le habían exigido tanto socios como acreedores para recibir más ayudas.
A pesar a ello, el Eurogrupo decidió no entrar a negociar un nuevo rescate con Grecia hasta que se conozca el resultado del referéndum. Pese a esta negativa de no volver a negociar hasta después de lo que digan las urnas, las bolsas europeas comenzaron la sesión planas, intentando el rebote, a la espera de que alguna de las partes se pronunciase ayer. Tras permanecer casi todo el día sin un rumbo claro, los mercados europeos se decantaron claramente por las pérdidas pese a la apertura al alza de Wall Street, animado por el dato de la tasa de desempleo en Estados Unidos, que se ha situado en 5,3%, por encima de las previsiones, y al nivel más bajo en siete años.