El veto a la reforma electoral en el Parlamento de Hong Kong pone en relieve un incierto futuro político para la excolonia británica en los próximos años, tras meses de masivas protestas populares que han dejado una fractura política y social en la ciudad.

El Parlamento de Hong Kong rechazó ayer la reforma electoral propuesta por China en un desafío a Pekín que paraliza por el momento el desarrollo político y la implantación del sufragio universal con restricciones para la elección del máximo mandatario de la excolonia británica. La propuesta avalada por el Gobierno de Pekín no logró reunir la necesaria mayoría de dos tercios, equivalente a 47 votos de entre los 70 miembros del Legislativo de Hong Kong. La reforma planteaba implantar por primera vez el sufragio universal en las próximas elecciones al Gobierno de Hong Kong en 2017, aunque solo habría dos o tres candidatos que debían ser preseleccionados por un comité compuesto de 1.200 miembros afines en su mayoría al Gobierno de Pekín.

A la hora de la votación, y tras un intenso debate que comenzó el miércoles, más de treinta legisladores afines al Gobierno abandonaron el hemiciclo, lo que motivó que sólo se emitieran 36 de los 70 votos: 8 a favor y 28 en contra. De todas formas, la propuesta habría sido rechazada igualmente si todos los legisladores hubieran estado presentes, ya que el bloque opuesto a la reforma impedía una mayoría favorable de dos tercios.

próximos pasos Así las cosas, la siguiente etapa seguirá disputándose a corto plazo en el terreno político, con vistas puestas en el mes de noviembre, cuando el electorado de Hong Kong irá a las urnas para elegir a sus concejales de distrito. A ellas les siguen las elecciones al Parlamento de Hong Kong en 2016 donde los 27 demócratas con puesto en el hemiciclo tendrán que luchar por mantener al menos esos escaños que les otorga el poder de control de las propuestas que requieran al menos dos tercios de los votos para salir adelante.

Ambos comicios serán claves para calibrar la reacción de los votantes a las protestas democráticas de finales de 2014 y de lo acontecido ayer en el Parlamento tras las protestas democráticas del año pasado. “Es importante que no perdamos el poder de veto, porque en un futuro podemos tener que volver a enfrentarnos a la misma reforma o a otra peor o a nuevas propuestas que puedan contradecir las libertades actuales de Hong Kong”, afirmó Kenneth Chan, miembro del Partido Cívico de Hong Kong y uno de los parlamentarios que votó en contra de la reforma. “Esperamos ver toda la máquina propagandística del Gobierno de Leung Chun-ying -jefe cual del ejecutivo de Hong Kong-, de cara a esas elecciones”, dijo Chan, para quien “nos espera una temporada problemática y de auténtica batalla política”.

En esta línea coincide Peter Cheung, catedrático de Política de la Universidad de Hong Kong, quien augura más confrontación política en Hong Kong y más divisiones, así como un periodo de “mayor incertidumbre” en la relación entre Pekín y la región. “Es improbable que el proceso de democratización se acelere”, sentencia este politólogo, quien arguye que la respuesta de Pekín al rechazo de la reforma, al afirmar que la rechazada propuesta sigue vigente, no cambia la situación.

Se trata de una “puerta abierta” para quienes quieran cambiar de opinión en Hong Kong: en el caso de que los hongkoneses se arrepintieran de lo votado ayer y quisieran tener elecciones bajo el modelo de Pekín en 2017, podrían volver a someter a votación la reforma y llevarlo a cabo, coinciden los expertos. “Así que la cuestión es: ¿volverá el Gobierno de Hong Kong a presentar a voto la reforma? Probablemente no hasta que haya oportunidad de que se apruebe...”, reflexiona Cheung. “Pekín debe retirar a Cy Leung y poder contar con un comienzo más fresco en nuestras relaciones con el Gobierno central”, dijo Chan.

pausa para reflexionar Para Mike Rowse, profesor adjunto de la Universidad China de Hong Kong y director gerente de la consultoría Stanton Chase International, todavía “hay espacio para la maniobra”. “Lo que tienen que hacer Hong Kong y Pekín ahora es hacer una pausa para reflexionar”, opina para Efe Rowse, quien considera que existe gente “con buena fe” en ambos bandos y éstos tienen que encontrar la “manera de progresar”. “Algunos en Pekín habrán sentido que han sido despreciados. Necesitan un descanso mientras un consejo más sabio se ponga al frente”, dijo Rowse.

Desde fuera del terreno político se pide reflexión y educación para la población de Hong Kong sobre lo que ha sucedido hasta ahora y por lo que pueda venir, desde un punto de vista calmado y sin movilizaciones en mente. “Es el momento de salir a la calle y explicar a la gente por qué hemos hecho esto y qué se puede hacer ahora para seguir adelante?, dice Edward Lau, uno de los dirigentes de la organización que impulsó la campaña Veto al pseudo Sufragio Universal, que tomó el testigo popular de las demandas democráticas tras el desmantelamiento de las protestas el pasado año.

En el lado opuesto, Robert Chung, fundador de un grupo afín a Pekín, Mayoría Silenciosa, que ejerció una fuerte campaña a favor de la reforma electoral desde finales del pasado año, enfoca su análisis en la misma línea: “Hong Kong se merece un descanso, tenemos que poner a un lado las disputas políticas y sentarnos a hablar y recomponer el mapa político de la ciudad”.

Pekín, a través de la publicación oficial Global Times, portavoz del Partido Comunista (PCCh), pidió a ambos bandos que concilien sus posturas y a “trabajar juntos para mantener cerrada la caja de Pandora” y que la región no pase de ser “una capital financiera y moderna a un auténtico desastre”.