TAIPEI. En la cultura china se considera de mal agüero regalar relojes, ya que las palabras "regalar un reloj" suenan como las de "dar la despedida" a un difunto en un funeral.

Susan Kramer, ministra británica de Transporte de visita en Taiwán, regaló un reloj de bolsillo al alcalde Taipei, Ko Wen-je, y éste le entregó una pequeña estatua del emblemático edificio 101 local.

Ko no hizo ningún comentario a Kramer y los dos funcionarios se despidieron, pero la prensa isleña, al saber que el regalo era un reloj, se apresuró a preguntar al alcalde si no se sentía incómodo con ese regalo.

El alcalde de Taipei, conocido por decir lo que piensa y por ser muy campechano, respondió que "no necesitaba" el reloj y que se lo daría a alguien o llevaría "a un chatarrero para venderlo al peso", supuestamente en tono de broma.

La noticia corrió como un reguero por todos los medios taiwaneses y la ministra británica se disculpó por su desconocimiento cultural.

Hoy, en un nuevo encuentro con la prensa, aseguró que "no se sintió ofendida por el humor" del alcalde.

"Soy consciente de que he cometido un error cultural al regalar un reloj, pero en mi país decimos que el tiempo es oro y el reloj que sirve para medirlo es un buen regalo", declaró Kramer.

Las declaraciones de Ko y el error cultural "no han tenido ningún efecto negativo en las relaciones", aseguró la ministra, que espera fructíferos acuerdos y cooperación con Taipei y aseguró que su encuentro con el alcalde "fue muy positivo".

Políticos de todos los partidos e internautas taiwaneses criticaron a Ko por falta de tacto y de diplomacia.

Ko, por su parte, reconoció hoy "haber cometido un error", pidió "disculpas" a Kramer y prometió "estudiar etiqueta diplomática", dijo durante una conferencia de prensa.