Roma - El presidente de la República de Italia, Giorgio Napolitano, anunció ayer que renunciará al cargo “próximamente” debido a “las limitaciones y las dificultades” derivadas de su edad, 89 años. “Estoy a punto de renunciar a mis funciones presentando mi dimisión, posibilidad prevista en la Constitución. Deseo deciros que la razón de mi decisión son las crecientes limitaciones y las dificultades en el ejercicio de mis funciones institucionales”, explicó sin precisar la fecha en la que cumplirá su decisión.
El anuncio se produjo durante el mensaje que el jefe del Estado italiano ofrece al país durante el último día del año. “He comprendido que la edad que he alcanzado conlleva limitaciones y dificultades para el desempeño del complejo papel internacional confiado al jefe del Estado”, añadió. Su dimisión ya fue anunciada hace algunas semanas, cuando calificó su renuncia de “inminente” y todo apunta a que se hará efectiva a partir del 13 de enero, cuando Italia deje la presidencia de turno de la Unión Europea.
Napolitano de apellido y de nacimiento (1925), fue designado por el Parlamento para ocupar el puesto de presidente de la República en el año 2006. Su mandato, de siete años, concluyó en 2013, pero rápidamente fue reelegido ya que el Parlamento, muy fragmentado, era incapaz de elegir a un sucesor. Finalmente aceptó a regañadientes continuar en el cargo, aunque advirtiendo de que bajo ningún concepto finalizaría este segundo periodo al frente de la más alta institución del Estado.
Durante su discurso del pasado llamó a las fuerzas políticas del país a “prepararse” para elegir de forma “serena” a su sucesor. Napolitano quiso así dirigirse también a su sucesor y animó a las diversas formaciones a encarar el problema del desempleo juvenil, recuperar la confianza y la cohesión en el país transalpino y combatir la corrupción, derivada de quienes tildó de “italianos indignos”. Asimismo volvió a defender el ambicioso programa de reformas impulsado por el primer ministro Matteo Renzi y pidió superar cualquier “parón” en su implementación. - Efe