caracas - La pregunta se la hacía en su editorial el diario de Miami El Nuevo Herald, pero el run-run venía desde hace meses. Maduro no parece ser un candidato capaz de ganar a la oposición venezolana. Y eso lo sabe La Habana. ¿Qué le pasaría a Cuba si cesa de repente la ayuda venezolana? Supondría una debacle comparable a la padecida tras el colapso de la Unión Soviética. Cuba viene creciendo por encima de la media de Latinoamérica. Su economía respira gracias a que Venezuela le facilita los dos tercios de su consumo energético total, por lo que un corte repentino podría agigantar las protestas contra un régimen que envejece sin dar señales de regeneración. La Habana siempre hace planes a largo plazo, no es cortoplacista, y en esa planificación contempla un cambio político en Caracas donde podría hacerse con el poder la oposición venezolana, tanto o más anticastrista que los propios exiliados de Miami.
Las medidas aceptadas por Cuba van directas a la línea de flotación ideológica de los principios comunistas de la Revolución. La parte central de las medidas están destinadas a capacitar comercialmente a la empresa privada cubana y a los pequeños agricultores. Además EEUU proporcionará apoyo adicional para el incipiente sector privado cubano. Y se estudiarán medidas adicionales para fomentar la creación de empresas y del sector privado en Cuba. En cuanto al incremento del nivel de las remesas desde el continente, ya no requerirán una licencia específica con lo que además de la ayuda humanitaria al pueblo cubano, habrá envío de dinero para el desarrollo de las empresas privadas en la isla.Se autoriza la expansión de ventas de bienes y servicios a la isla. Una medida que también pone el énfasis en el mismo sector ya que dicha expansión tratará de empoderar al neonato sector privado cubano frente al Estado. La punta de lanza de esta independencia de la administración serían la agricultura y el sector de la construcción. Tal y como dijo Obama esta nueva política puede ser “mucho más eficaz” que el aislamiento para los intereses de EEUU.
Esta alfombra roja a la iniciativa privada, al surgimiento de una gran alternativa al comunismo en el poder, habría sido impensable en una situación de fuerza por parte cubana. A esto se uniría el previsible fin del bloqueo, que dejaría al régimen castrista sin su mejor argumento para explicar sus propias penurias. Ya no valdrá culpar al bloqueo de todos los males.
Sin argumento y frente al crecimiento de una economía de mercado impulsada por las ayudas al sector privado llegadas de EEUU, el régimen cubano va a tener que reinventarse. Donde dijo Fidel: “Ni un paso atrás, ni siquiera para coger impulso”. Su hermano Raúl parece decir: “Daremos media vuelta y seguiremos avanzando”.