Colonia - La Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel dio ayer lunes las últimas pinceladas al congreso en el que reelegirá a la canciller alemana como líder del partido, cargo que ocupa desde 2000 sin que se vislumbren cambios en el horizonte. En Colonia, ciudad natal del canciller fundacional de la República Federal de Alemania (RFA) y patriarca del partido, Konrad Adenauer, Merkel se presenta hoy ante el congreso federal de la CDU como candidata única a la presidencia.

La cúpula y las delegaciones de los Länder abrieron ayer las reuniones preparatorias ante la votación de hoy, en una convención orquestada como una fiesta para Merkel, un año después de haber sido reelegida canciller para su tercera legislatura con el 41,5 % de los sufragios.

Es la candidata única para la jefatura y, al parecer, la única incógnita es si superará el 97,9 % de los votos que obtuvo en 2012 en el congreso de Hannover, su mejor resultado hasta ahora ante una CDU que solo dio su 100% a Adenauer.

A superar el 98,5% de apoyos El porcentaje de Merkel en su octava elección como líder tiene algo de desafío a Helmut Kohl, quien presidió la CDU durante 25 años y obtuvo el máximo resultado -98,5 %- en 1990, en plena euforia por la reunificación alemana suscrita ese mismo año. “Merkel representa un nuevo estilo cualitativo de liderazgo. No es un estilo triunfalista, a lo Napoleón, sino mucho más exitoso”, afirmaba ayer el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, en una entrevista al diario Süddeustche Zeitung.

Para el hombre fuerte del Gobierno de Merkel, la canciller ha defendido los intereses de Alemania con éxito, como le reconocen ahora quienes la criticaron antes, afirma, y ha hecho del país el segundo más atractivo del mundo industrializado para la inmigración, tras EEUU.

Los elogios de Schäuble tienen especial peso, no solo por ser miembro de la CDU desde 1968, sino porque además Merkel le debe su ascenso a la presidencia del partido. El ahora titular de Finanzas ocupaba el cargo y renunció en 1999 a ser reelegido salpicado por el escándalo de las cuentas secretas del partido bajo la era Kohl, de quien fue delfín y sucesor designado.

En estos catorce años Merkel ha domesticado un partido que antes solo obedeció a sus patriarcas y domina sus estructuras hasta extremos que las jóvenes generaciones consideran abusivos. En esa órbita se sitúa Jens Spahn, diputado del Bundestag (Cámara Baja) de 34 años que aspira a entrar en la ejecutiva de la CDU y defiende la necesidad de dar espacio a los nuevos valores.