MÉXICO. En un mensaje a la nación para explicar una nueva estrategia para combatir la inseguridad, la impunidad y la corrupción, el gobernate indicó que su plan contempla sanciones a los alcaldes que no entreguen el control de los cuerpos policiales y a los gobernadores que no asuman la responsabilidad de una policía única.
El objetivo es pasar de más de 1.800 policías municipales débiles a 32 "sólidas" corporaciones de seguridad, "más confiables, profesionales y eficaces", y homologadas en sus niveles de profesionalización, protocolos, equipamiento y tecnología.
"El Estado debe ofrecerles un proyecto de vida y pagarles bien", afirmó Peña Nieto en un discurso en Palacio Nacional, sede del Ejecutivo, acompañado por representantes de los tres Poderes del Estado, de la sociedad civil y empresarios.
En virtud de que dicha medida supondrá un "enorme reto" presupuestario, explicó que en una primera etapa se dará prioridad a cuatro estados que presentan una mayor debilidad institucional: Guerrero, Jalisco, Michoacán y Tamaulipas.
El mandatario anunció otra reforma constitucional para combatir la infiltración del crimen organizado en las presidencias municipales (alcaldías) del país y una más para definir la competencia de cada autoridad en la lucha contra la delincuencia.
Entre las medidas también figura la creación de un número telefónico, que podría ser el 911, para pedir auxilio en caso de urgencia y acceder a otros servicios de socorro.
Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), afronta la crisis más grave desde que asumió el poder, el 1 de diciembre de 2012, por el caso de los estudiantes desaparecidos en Guerrero, que desveló la filtración del crimen organizado en las policías y autoridades municipales.
Según la investigación, el 26 de septiembre policías del municipio guerrerense de Iguala dispararon contra estudiantes de una escuela rural de magisterio, de entre 18 y 21 años, por órdenes del entonces alcalde, José Luis Abarca, que recibía elevadas sumas de dinero del cártel Guerreros Unidos.
Esa noche fallecieron tres alumnos de ese escuela y tres civiles, 25 jóvenes resultaron heridos y 43 estudiantes fueron secuestrados por policías corruptos y entregados a Guerreros Unidos, que se encargó de asesinarlos y quemarlos para desaparecer su rastro, según el testimonio de varios detenidos.