washington - Poco dcspués de que el presidente de Estados Unidos pusiera fin a la espera de millones de inmigrantes que aguardaban una acción ejecutiva que frenase su deportación, los republicanos de la Cámara de Representantes presentaron finalmente ayer, tras mucho tiempo amenazando con ello, una demanda contra la Administración del presidente Barack Obama por abusar de su poder ejecutivo al imponer de manera unilateral su reforma sanitaria.

Minutos antes del discurso de Obama en el que anunció las medidas migratorias, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, volvió a arremeter con la discrecionalidad de la decisión del presidente, a quien acusó de comportarse como “un emperador o un rey”.

“En lugar de trabajar juntos para arreglar nuestro sistema migratorio fallido, el presidente actúa por su cuenta. Y así no es como funciona una democracia”, aseveró el republicano. Sin embargo, Obama también tuvo respuesta para Boehner y los suyos, a quienes instó de nuevo a aprobar un texto legislativo que haga innecesarios sus decretos. “Para aquellos miembros del Congreso que cuestionan mi autoridad para hacer que nuestro sistema de inmigración funcione mejor, o cuestionan mi capacidad de actuar donde el Congreso ha fallado, tengo una respuesta: aprobad una ley”, insistió el presidente.

El Senado estadounidense aprobó hace año y medio un texto legislativo bipartidista para una reforma migratoria integral que contemplaba un camino a la ciudadanía para los indocumentados, y además un fortalecimiento de la seguridad fronteriza, requisito indispensable que solicitaban los conservadores.

Pese a ello, la Cámara Baja, de mayoría republicana, nunca sometió a votación el proyecto, dejando estancada la propuesta durante meses.

Lo ocurrido ayer supone, tras años de negociaciones sin resultado, la mayor regularización de inmigrantes en Estados Unidos en varias décadas, aunque se trata de una acción frágil que pende del poder ejecutivo, y que otro inquilino de la Casa Blanca podría revocar con facilidad.

Mientras tanto, Obama ha cumplido, aunque tarde, su promesa de ofrecer un alivio a millones de familias que estaban expuestas a la separación. Además, devuelve al Congreso la responsabilidad de trabajar por una reforma que también puede ser la llave de la Casa Blanca en las elecciones presidenciales de 2016. - Efe