bruselas -Europa aspira a seguir liderando la lucha contra el cambio climático al tiempo que garantiza su abastecimiento energético, pero los 28 jefes de estado y gobierno de la UE seguían negociando anoche el grado de compromiso con el que encarar esta batalla durante los próximos quince años. Sobre la mesa, una propuesta con tres compromisos menos ambiciosos de los propuestos por Bruselas y varios desacuerdos e incluso amenazas de veto. Francia quiere que las interconexiones energéticas con la Península Ibérica sigan avanzando al ralentí para que las renovables españolas no sean competencia mientras Portugal amenazaba con vetar el pacto si no incluye un compromiso de interconexiones vinculante.
“Un acuerdo sobre clima y energía que no incluya de forma decisiva las interconexiones no podrá contar con el apoyo de Portugal como ya hemos dicho durante muchos y repetido en los últimos días”, advertía ayer Jorge Moreira Da Silva, ministro portugués de medio ambiente, en los pasillos del Consejo Europeo. “Si no existe garantía de los gobiernos que aseguren objetivos vinculantes sobre las interconexiones, podemos poner todo el dinero y todos los proyectos que queramos que continuaremos con una interconexión de menos del 5% en la península ibérica cuando el 80% de los países europeos tienen más de 30%”, añadió el portugués.
Pese a este pulso portugués, fuentes de la delegación española -Rajoy no habló a su llegada a la cumbre- se decían satisfechas ayer con la inclusión en el texto de un objetivo del 10% para 2020 y del 15% para 2030 aunque la cifra no tenga carácter vinculante. Una coletilla vital si se tiene en cuenta que la UE ya se comprometió en el año 2002 a elevar el porcentaje de interconexiones hasta el 10% para 2020 y que el ratio actual apenas llega, doce años después, al 1,2% entre Francia y España y al 2,4% si se tienen en cuenta todas las interconexiones de la Península Ibérica. España, no obstante, se mostraba especialmente satisfecha con el hecho de que el borrador de conclusiones reconoce a la península ibérica como “una isla energética” y garantiza dar prioridad a las zonas aisladas . - S.M.