Sonriente y apoyado sobre un bastón, Kim Jong-un reapareció ayer en los medios de Corea del Norte, lo que puso fin a una ausencia de 40 días cargada de especulaciones y confirmó que el “líder supremo” sigue al frente del régimen.
Kim, rodeado de miembros de la élite norcoreana, ofreció sus características “indicaciones sobre el terreno” durante la inauguración de un nuevo complejo inmobiliario en Pyongyang, según las fotografías publicadas por el diario Rodong, del Partido de los Trabajadores.
Las imágenes suponen la primera aparición pública desde el pasado 3 de septiembre del mariscal, cuya edad se estima en 31 años.
Los 40 días que duró su ausencia dieron lugar a todo tipo de especulaciones, especialmente por parte de la prensa surcoreana, que mencionó desde un supuesto golpe de Estado hasta que el joven dirigente padecía gota, diabetes, tenía los tobillos fracturados e incluso que se hallaba en estado de muerte cerebral. Aunque la reaparición de Kim echa por tierra muchos de los rumores, su imagen con bastón confirma que padece algún problema de salud y los expertos de Corea del Sur han comenzado a ofrecer posibles diagnósticos.
La cojera de Kim “puede ser una prueba de que se ha sometido a cirugía”, comentó Ahn Chan-il, director del Centro Mundial de Investigación sobre Corea del Norte y primer refugiado norcoreano en doctorarse en una universidad de Seúl.
Ahn, reconocido como uno de los mayores expertos mundiales en el régimen comunista, advirtió de que el rostro del líder norcoreano “parece algo más hinchado y asimétrico”, lo que atribuyó posiblemente a “los medicamentos para combatir el dolor cuando se realizan operaciones. - Efe