kiev - La tragedia del avión de pasajeros malasio con 295 personas a bordo en el este de Ucrania abortó ayer la reanudación de las consultas entre el Gobierno de Kiev y los insurgentes prorrusos. Justo cuando debían iniciarse las negociaciones, aparecieron las primeras noticias del siniestro ocurrido en la región de Donetsk, escenario desde abril de cruentos combates entre milicianos y fuerzas gubernamentales.
Desde entonces, los líderes independentistas han centrado todos sus esfuerzos en negar que hayan derribado el avión, como han denunciado las autoridades ucranianas.
Debido a la profunda desconfianza entre ambos bandos en conflicto, los separatistas se mostraron ayer dispuestos a participar en las consultas, pero sólo en formato de vídeo-conferencia desde Donetsk.
Debía ser la tercera reunión del conocido como Grupo de Contacto que incluye a representantes de Ucrania, Rusia y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), mediadora en el conflicto que estalló en abril pasado. Las cuatro partes celebraron en junio sendas reuniones sin que se lograran avances en la solución del conflicto, tras lo que los combates se han recrudecido, en particular en la frontera ruso-ucraniana. El viceprimer ministro de la República Popular de Donetsk, Andrei Purguin, aseguró que los rebeldes querían plantear a Kiev un alto el fuego, el canje de prisioneros de guerra y la creación de corredores humanitarios. Andrei Lisenko, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Kiev mostró un vídeo para demostrar el empleo desde territorio ruso de armamento pesado, en concreto de lanzaderas de misiles Grad (Granizo), utilizadas profusamente en las últimas semanas en el campo de batalla del este ucraniano. - Efe