Washington/Bagdad - El Gobierno de EEUU, que preside Barack Obama, estudia la colaboración con Irán, además de los ataques aéreos, para frenar a los yihadistas en Irak, una opción que un senador republicano calificó como el colmo de la estupidez y otro como una necesidad muy desagradable. Este movimiento se produce después de otra jornada sangrienta en Irak, donde más de 200 supuestos terroristas murieron en un bombardeo de la aviación militar iraquí en la zona de Al Saqlauiya, en la provincia occidental de Al Anbar, informó el Comando de Operaciones del Ejército. Entre los fallecidos figura un cabecilla del yihadista Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), identificado como Yaser Nayi.
El secretario de Estado, John Kerry, dijo que Estados Unidos "está abierto a cualquier proceso constructivo que minimice la violencia, preserve la integridad de Irak y elimine la presencia de terroristas foráneos". Kerry añadió que no descartaría la cooperación militar con Irán, un firme aliado del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, y un tenaz adversario de Washington, si esta fuera constructiva para acabar con la violencia y restablecer la confianza en Bagdad. El responsable de la diplomacia estadounidense indicó que los ataques con aviones no tripulados (drones) "no son toda la respuesta, pero bien pueden ser una de las opciones importantes" para detener a los Combatientes del Estado Islámico de Irak y el Levante.
Fuentes del Gobierno sugirieron ya la posibilidad de que el subsecretario de Estado, William Burns, aborde el tema de Irak esta semana con los representantes de Teherán que participan en Viena en las conversaciones sobre el programa nuclear iraní.
La milicia suní ha ampliado rápidamente el área de sus operaciones desde el centro de Siria hasta el norte de Irak y, tras ocupar ciudades importantes como Mosul y Tikrit, ha difundido imágenes de lo que parece ser la matanza de decenas de hombres jóvenes, posiblemente soldados del Ejército iraquí. Mientras, el Departamento de Defensa informó ayer de que el buque de asalto anfibio Mesa Verde ya ha llegado al Golfo Pérsico y se ha unido al grupo naval que encabeza el portaaviones George H. W. Bush.
prosigue el avance yihadista Paralelamente, los extremistas del Estado Islámico de Irak y el Levante tomaron ayer el control de la estratégica localidad de Tal Afar. El presidente del Consejo de Tal Afar, Mohamed al Wahab, y habitantes de la zona dijeron que combatientes del EIIL se impusieron en la localidad, escenario de duros enfrentamientos desde hace dos días. Sin embargo, el general del Ejército Abu al Walid aseguró en declaraciones recogidas por la televisión oficial iraquí que actualmente las tropas se están enfrentando a los radicales para recuperar su dominio.
Tal Afar, habitada por turcomanos suníes y chiíes, se ubica a unos cincuenta kilómetros al oeste de Mosul, tomada por los yihadistas el 10 de junio junto a otros insurgentes suníes en un avance sin precedentes. La localidad también está cerca de la frontera con el noreste de Siria, donde el EIIL controla zonas mientras lucha contra el régimen sirio de Bachar al Asad y otros grupos rebeldes sirios.
Esta organización extremista, que en última instancia quiere crear un "califato islámico" que se extienda por Siria e Irak, no solo pretende hacerse ahora fuerte en el norte de ese segundo país, sino que también ha amenazado con llegar hasta Bagdad y los santuarios chiíes de Kerbala y Nayaf, en el sur. Los yihadistas han impuesto una interpretación radical de la ley islámica en los sitios que dominan.
La ONU denunció ayer, además, que el EIIL ha perpetrado crímenes de guerra con acciones como "una serie de ejecuciones sistemáticas y a sangre fría" de cientos de soldados capturados y de civiles en la ciudad de Tikrit. Los extremistas también han empezado a cumplir su amenaza de destruir las tumbas de los imanes chiíes y sus lugares sagrados. Habitantes del barrio de Bab Sinyar, en el oeste de Mosul, explicaron que los yihadistas derribaron "la tumba de la niña" (Qabr al Bint), lugar de peregrinaje para los chiíes. También destruyeron el santuario del imán Saad Ibn Aqid, símbolo religioso en Tal Afar. Ante tales daños, el ministro iraquí de Turismo y Antigüedades, Liwaa Sumaisem, pidió a la Unesco y a otras organizaciones internacionales que "protejan los santuarios y edificios arqueológicos".